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Solana espera que la 'doble llave' quede en manos del mando militar

Javier Solana, ministro español de Exteriores y actual presidente del Consejo de Ministros de la Unión Europea, aseguró ayer en Madrid que, tras la reunión del Consejo Atlántico, se ha producido ya el primer contacto entre el se cretano general de la Alianza Atlántica, el belga Willy Claes, y el de la ONU, el egipcio Butros Butros-Gali. Añadió que espera que "toda la doble llave" para la adopción de la respuesta militar a las agresiones serbias se deje en manos de los mandos militares sobre el terreno. Solana había participado por la mañana en una reunión de la Comisión de Exteriores del Parlamento Europeo en la que se criticó el doble lenguaje en el conflicto de Bosnia.La víctima fue el portavoz de Izquierda Unitaria, Europea, Carlos Carnero. Éste estuvo bien cuando rectificó las antiguas inclinaciones proserbias de su grupo para sumarse a la mayoritaria denuncia de que "hay una parte agresora", y olvidó sus críticas a los compromisos militares españoles (participación de los F-18 en los bombardeos) para declarar su "orgullo por la labor de las fuerzas humanitarias". Pero resbaló cuando dijo que "intervención militar internacional debe ser gestionada por la ONU", no por la Alianza Atlántica.

Solana, insólitamente contundente ("seguimos a favor de una solución diplomática, pero en lo inmediato no dudaremos en usar la fuerza para atajar la barbarie", proclamaba), le espetó: "Es una contradicción defender que una operación militar se haga con fuerzas de la ONU, porque la ONU no tiene fuerzas para actuar: si no queremos que actúe la Alianza Atlántica es que no queremos que haya intervención militar, seamos conscientes de las afirmaciones que hacemos".

Mendiluce y Cohn-Bendit

Corrió en su apoyo un aplauso cerrado, y la contundencia del líder de Los Verdes, Daniel Cohn-Bendit: "Dígame usted si a la hora de liberar Auschwitz hay que discutir con qué tropas se hace: pues con las que se tienen, las de la OTAN".

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El principal interlocutor de Solana fue José María Mendiluce, quien exigió que la defensa de Gorazde se extienda a todos los enclaves y recordó que para conseguir la negociación "puede ser imprescindible el uso puntual de la fuerza". Los parlamentarios apoyaron las tesis del ministro y fueron algo más allá al pedir en una resolución que a "toda acción militar ofensiva de los serbiobosnios", sea o no en un enclave protegido por las resoluciones del Con sejo de Seguridad de la ONU se le "responda militarmente".

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