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El instructor del 'caso Lasa-Zabala' ampara a los testigos para ocultar su identidad

El juez Carlos Bueren, que investiga el asesinato de los etarras Lasa y Zabala, ha aplicado los beneficios de la ley de protección de testigos a todos quienes el lunes aportaron en la Audiencia Nacional datos supuestamente relevantes para el esclarecimiento del doble crimen, según fuentes jurídicas. La decisión del magistrado ha impedido hasta ahora la identificación de estos testigos, aunque Izquierda Unida, que promovió una de las comparecencias, ha confirmado que entre ellos figura la novia de un guardia civil que antes de suicidarse le relató el trágico final de los jóvenes secuestrados. Otras fuentes precisaron que el segundo testigo no es miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Carlos Bueren, que ayer mismo reanudó sus vacaciones en licia tras interrumpirlas repentinamente el domingo, concede relevancia a los testimonios recabados el lunes, con gran sigilo, en la Audiencia Nacional. Fuentes próximas al juez aseguran que los datos con que se ha hecho el magistrado podrían constituir una pista trascendental para la resolución del caso. Por el contrario, en la Guardia Civil restan valor al testimonio de la novia del fallecido Carlos Marrero. Los antiguos superiores de este guardia sostienen que Marrero estaba destinado en El Escorial (Madrid) cuando sucedieron los hechos, por lo que difícilmente habría podido ser testigo de ellos. Los presuntos miembros de ETA José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala fueron secuestrados en Bayona (Francia) el 15 de octubre de 1983, en una acción que se considera un precedente inmediato de los GAL. En 1985 fueron hallados los cadáveres, enterrados en cal viva, en Busot (Alicante), aunque entonces no fueron identificados como tales. La correcta identificación se produjo este mismo año, y los forenses calculan que los dos secuestrados fueron asesinados, de un tiro en la nuca, hacia finales de diciembre de 1984.

Mariano Santiso, dirigente de Izquierda Unida, confirmó ayer que la novia de Carlos José Marrero Sanabria guardia civil que se suicidó en Las Palmas, de donde era natural, el 10 de enero de 1988- es uno de los testigos que el lunes aportó un importante testimonio al juez. Según la declaración de esta compareciente, Marrero no sólo fue testigo directo del asesinato de Lasa y Zabala a manos de un mando de la Guardia Civil del cuartel. de Intxaurrondo (Guipúzcoa), sino que fue él quien, inicialmente, recibió la orden de disparar contra los dos etarras.

"Marrero recibió la orden de disparar y al negarse, un mando", cuyo nombre Sántiso no quiso facilitar a los periodistas, "sacó su pistola y les disparó en la nuca".

Santiso, apoyándose siempre en la versión de la novia de Marrero, aportó nuevos detalles que confirmarían que el agente del instituto armado fue realmente testigo del doble asesinato. Mandos de la Guardia Civil de Intxaurrondo -acuartelamiento al frente del que se encuentra desde hace 14 años el coronel Enrique Rodríguez Galindo, a punto ahora de ser ascendido a general- habrían ordenado que a los dos etarras no se les proporcionase alimentos. Marrero, según la versión de Santiso, desobedeció y les hizo llegar chocolatinas y dulces. Lasa y Zabala fueron trasladados a un descampado, donde los mataron.

Según declaró a EL PAÍS el dirigente de IU, la novia de Marrero contactó recientemente con esta coalición política "de forma indirecta". Los dirigentes de IU le aconsejaron declarar ante el juez de inmediato, y le ayudaron a concertar el encuentro con sigilo. El viernes pasado lo habría hecho ante la policía judicial, y el lunes ratificó su testimonio directamente ante el magistrado, que se trasladó expresamente a Madrid desde Galicia. También Santiso acudió el lunes a la Audiencia Nacional.

Frente a este relato, los antiguos mandos de Marrero precisan que el agente estuvo destinado en los Grupos Antiterroristas Rurales hasta el 31 de mayo de 1983. De ahí pasó al Centro de Adiestramientos Especiales de El Escorial (Madrid), en el que permaneció hasta enero de 1985, en que fue destinado a Logroño.

"Estaba hundido"

Marrero sufrió un atentado de ETA el 28 de junio de 1986 y se suicidó el 10 de enero de 1988, tras relatarle supuestamente a su novia meses antes lo ocurrido con Lasa y Zabala. Aunque Santiso insinuó ayer en una rueda de prensa que el suicidio podría no haber sido tal, el dirigente de IU admitió que Marrero esta "hundido", "psíquicamente hecho polvo" y se sentía "defraudado y abandonado" por la Guardia Civil.

Por su parte, un grupo de fiscales de la Audiencia Nacional ha elaborado una nota de queja porque fue su compañero Luis Barroso, encargado del área de lo social y de lo contencioso, quien asistió a las declaraciones de los testigos que comparecieron el lunes.

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