Los serbios vuelven a bombardear el enclave de Zepa tras vencer el ultimátum para su rendición
Los serbios que rodean el enclave de Zepa, al este de bosnia, parecían darle la razón a las autoridades de Sarajevo, que seguían descutiendo ayer su rendición. Las fuerzas de Radovan Karadzic volvieron a bombardar el enclave a media tarde de ayer, mientras los defensores bosnios abrían fuego contra la base de los cascos azules ucranios encarga dos de la protección de Zepa. El bombardeo serbio se inició después de que venciera el ultimátum lanzado por su jefe, el general Ratko Mladic. Los sitiados se negaban a aceptar las condiciones que pretende imponer Mladic en Zepa, las mismas que en Srebrenica hace una semana: expulsión de los ciudadanos musulmanes y detención de todos los hombres capaces de empuñar un arma.
Sin embargo, las horas están contadas para Zepa, después de que las Naciones Unidas encargadas por un mandato del Consejo de Seguridad de protegerlo lo dieran por perdido. El éxodo de refugiados ya había comenzado a través de las líneas de confrontación. Hasta 8.000 personas habían abandonado al mediodía de ayer Zepa, según los mandos bosnios en Tuzla, donde se agolpan los 30.000 desplazados que huyeron la pasada semana tras la rendición de Srebrenica. Una columna de vehículos de la Agrupación Táctica Galicia, compuesta por 16 vehículos y 40 ,hombres, partió ayer desde Mostar para prestar apoyo a los refugiados procedentes de Srebrenica y Zepa. La columna de cascos azules españoles comenzará a trabajar en principio en colaboración con el destacamento turco de Zenica, al noroeste de Sarajevo.Mientras la operación de limpieza étnica desencadenada por el régimen de Radovan Karadzic seguía su trágico curso, más de 1.200 bonios huían ayer de Sturlic, en el enclave noroccidental de Bihac, ante el imparable avance donde columnas de blindados serbobosnios.
"Nuestras posiciones [en Zepa] siguen estando controladas por el Ejército bosnio, y las líneas de defensa son las mismas que hace una semana", afirmaba un comunicado del Gobierno de Sarajevo en abierta oposición a los partes oficiales del Estado Mayor serbobosnio, que sólo hablan de la rendición del enclave.
Garantías para los refugiados
Los responsables de las Naciones Unidas en Sarajevo se limitaron a informar al presidente bosnio, Alia Izetbegovic, de las condiciones impuestas por los mandos serbios para la evacuación de la población civil. "El presidente parece haber aceptado la la caída de Zepa. Izetbegovic ha pedido que los cascos azules garanticen la seguridad de los refugiados", explicó el portavoz de la ONU en la capital bosnia, Alexandr Ivanko.
Los cascos azules ucranios que protegían Zepa dijeron en un primer momento que no estaban en condiciones de confirmar la rendición de las tropas bosnias. Sin embargo, a última hora de la tarde de ayer informaron al cuartel general de Unprofor en Sarajevo que los serbobosnios seguían cercando el enclave sin haber penetrado en las áreas pobladas.
Las autoridades de Tuzla aseguraron ayer que unós 8.000 refugiados habían salido ya de Zepa para trasladarse a territorio controlado por el Ejército gubernamental bosnio. Los representantes de las Naciones Unidas en este enclave no pudieron confirmar esta información.
El comandante en jefe de las fuerzas serbobosnias, el general Ratko Mladic, había comunicado la pasada madrugada a la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) que las autoridades civiles y militares de Zepa capitularon la noche del miércoles. "Todos los hombres con edades comprendidas entre los 18 y los 55 años quedarán detenidos, para ser intercambiados por prisioneros de guerra serbios en un plazo de dos semanas", reza el comunicado de Mladic sobre la rendición de Zepa. El general serbobosnio ordenó también la evacuación de los refugiados en dos etapas: primero los heridos y después los niños, mujeres y ancianos a bordo de autobuses. La amenaza que pende. sobre los hombres en edad militar impedía anoche cerrar el acuerdo para la evacuación.
Esta vez, el posible destino de las más de 15.000 personas que pueden ser expulsadas de Zepa no será Tuzla, desbordada tras la llegada, de los desplazados de Srebrenica, sino Zenica, una ciudad de 130.000 habitantes situada en Bosnia central.
Entretanto, en el extremo noroccidental de la antigua república yugoslava, unas 1.200 bosnios tuvieron que abandonar la localidad de Sturlic, dentro del enclave de Bihac.
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