La leyenda de una princesa tuerta
Pinto pretende recuperar para el turismo la torre donde estuvo encerrada Ana de Mendoza
Ana de Mendoza y de la Cerda,1540-1592,la tuerta princesa de Éboli, goza de gran presencia en Pinto (24.000 habitantes) cuatro siglos después de su muerte. Calles, asociaciones culturales y monumentos, muestran la impronta de la famosa y casquivana aristócrata española que pasó seis meses de su vida, no los más agradables, en una torre-prisión de la localidad, convertida siglos después en emblema del municipio.Por orden de Felipe II, la princesa fue recluida en la torre del municipio, cuya construcción data del siglo XIV. La falta de proceso judicial, lo impreciso de las acusaciones, la fama de Ana de Mendoza y sus amores con Antonio Pérez, secretario del monarca, contribuyeron a la leyenda. Ana de Mendoza fue confinada en Pinto en julio de 1579 en una fortaleza de la que sólo se conserva la torre. Según el historiador local Gonzalo Arteaga, "la construcción originaria se completaba con un recinto amurallado y quizá alguna edificación más".
La torre, situada en el casco urbano del municipio, permanece en la actualidad cerrada al público y ajena a la vida de Pinto. Pero el concejal de Cultura, José Luis Esparcia, ha manifestado sobre este monumento: "Es prioritario recuperar la torre para el turismo de la localidad, ya que es el distintivo del pueblo. Estamos buscan do fórmulas con los propietarios para organizar visitas o celebrar, en su interior actos culturales". El edificio pertenece a la duquesa de Andría, descendiente de los Romanones, con quien el consistorio espera "establecer cauces de diálogo productivos".
El interior del torreón, pese a, necesitar una revisión, no se halla en estado ruinoso. En 1952 lo restauro el entonces Ministerio de Información y Turismo. Arteaga señala que "con criterios discutibles se quitaron las almenas y se hizo una balaustrada.Los propietarios lo decoraron con muebles al estilo del siglo XVI". Ahora , de acuerdo con los informes técnicos, "la torre podría visitarse respetando unas mínimas normas".
La mayoría de los vecinos conoce la historia del torreón y de su insigne ocupante. Sin embargo, las causas que atribuyen al encierro "de la princesa tuerta" son dispares: "Estaba liada con Felipe II", "quería dar un golpe de Estado"... Incluso, según una leyenda del pueblo, Ana de Mendoza logró escapar de la torre utilizando sus artes amatorias con el guardián. La realidad es mucho más prosaica: la princesa ,de Éboli, tras abandonar su rígido cautiverio en Pinto, fue trasladada al castillo de Santorcaz y posteriormente a su palacio de Pastrana, en Guadalajara, donde continuó su encierro por orden real hasta que murió en 1592.La torre es el único, vestigio del castillo original y el, futuro "marco incomparable" deseado por el consistorio para futuras actividades. Los vecinos, menos idealistas, piden de momento la limpieza del entorno. Según María Lanzas, residente en la zona, "lo primero que tenían que hacer, es retirar las basuras que se acumulan en la plaza contigua". Un delito de, lesa majestad que haría entornar a la princesa de Éboli su ojo sano.
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