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Yeltsin da una entrevista televisada para calmar los rumores sobre su salud

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, sonrosado y con buen aspecto, pero algo jadeante, apareció anoche en la televisión para calmar las crecientes dudas sobre su estado de salud. El líder informó que necesita algún tiempo para recuperarse del ataque al corazón que sufrió el 10 de julio y que no hay fecha fija para darlo de alta en el Hospital Clínico Central donde está internado.

Yeltsin salió así al paso de los rumores desatados por la difusión de la única foto distribuida por el Kremlin desde que el presidente fue hospitalizado el pasado día 11. La foto, supuestamente tomada el viernes pasado y distribuida por la agencia Itar-Tass, se parecía sorprendentemente a un vídeo del mes de abril último."Pronto me pondré bien", manifestó Yeltsin, de 64 años, para cerrar una entrevista de casi 10 minutos en el primer canal de la televisión rusa. En ella, el presidente reconoció haber tenido "un ataque al corazón como resultado de una isquemia" el 10 de julio y haber comenzado a recuperarse dos días después, cuando su salud se estabilizó.

Yeltsin afirmó que su recuperación será "total" y sin consecuencias y que podrá volver a dedicarse a su trabajo y a practicar deportes. El paciente, que puede trabajar cuatro horas y recibir a una o dos personas al día, deberá continuar su tratamiento en una residencia de las afueras de Moscú, una vez dado de alta en la clínica.

Antes de la entrevista, la televisión rusa ofreció unas imágenes de la reunión que Yeltsin mantuvo ayer con el jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin, que le visitó por primera vez en la clínica junto con el jefe de la delegación rusa de las conversaciones en Grozni, Viacheslav Mijáilov. Yeltsin afirmó que habían encontrado una "solución" para la crisis chechena y anunció que mandará a un representante que debe ser "la figura más importante" en la república secesionista antes de las elecciones.

En la foto que propició la intervención presidencial, Yeltsin aparecía sentado a una mesa y con varios teléfonos a su izquierda. El lunes, la cadena (le televisión norteamericana NBC advirtió que la foto se parecía extraordinariamente a unas tomas de vídeo realizadas el 3 de abril pasado cuando Yeltsin descansaba en la localidad de Kislovodsk. La polémica contribuyó a propiciar la impresión de que el líder ruso podría estar (o haber estado) más grave de lo que, se afirma oficialmente. El asunto hizo recordar también las argucias empleadas por el Kremlin en el pasado para hacer creer que los dirigentes estaban sanos aunque estuvieran muy enfermos. Uno de los últimos casos de trucaje tuvo como protagonista a Constantin Chernenko, a quien pocos días antes de su muerte, los televidentes soviéticos pudieron ver votando en un supuesto colegio electoral. La escena fue improvisada en el hospital de la clínica a base de sacar al moribundo de su cama.

Chernomirdin, que parece estar cada día más seguro al frente de los asuntos del Estado, debe comparecer hoy ante la Duma (Cámara baja del Parlamento) para explicar la política social del Gobierno. El primer ministro trató con el presidente el tema de los relevos gubernamentales motivados por la toma de rehenes de Budiónnovsk.

Mientras Yeltsin convalece en el hospital, la campaña preelectoral comienza a cobrar fuerza y el ambiente político se caldea por momentos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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