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"¿Se le conoce a usted por 'Gálvarez'?"

El juez Garzón miró fijamente a Francisco Álvarez y preguntó a bocajarro: "¿Se le conoce a usted por el apodo de Gálvarez?". El que fuera responsable en su día del Mando Unico para la Lucha Contraterrorita (MULC), replicó: "Es la primera vez que lo oigo. Pero me parece una broma de mal gusto". Gálvarez era el apodo con que sus compañeros llamaban al ex comisario por sus supuestas conexiones con los GAL.Era el día 23 de enero de 1989. Y ese mismo día Francisco Álvarez, que desde 1982 a 1986 fue jefe superior de Policía de Bilbao, responsable del MULC, y jefe del Gabinete de Operaciones Especiales, había confesado ante Garzón que en 1983 había preparado el secuestro en el sur de Francia del etarra José María Larretxea.Hacía ya tres años que Francisco Alvarez había abandonado la Policía. Y, por primera vez, reconocía la participación en un secuestro que sé consideraba "la antesala del GAL". Estaba entonces secuestrado por la banda terrorista ETA el capitán del Ejército Alberto Martín Barrios, asesinado después, y la Policía organizó el secuestro de un etarra para intentar obtener datos del paradero del militar. El secuestro no dio resultado. Pero a la banda terrorista se le hizo llegar el mensaje de que con el asesinato del capitán de farmacia se abría la guerra sucia contra ETA.La mano derecha

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Francisco Álvarez, 50 años, está acusado hoy, con la reapertura del caso GAL, de intento de asesinato, detención ilegal y malversación de caudales públicos y está considerado como uno de los cerebros de la trama.

Ingresó en la Policía en 1966. Y desarrolló su trabajo en Barcelona y Bilbao, donde estaba adscrito a la Brigada de la Policía Judicial. Fue Julián Sancristóbal, recién nombrado gobernador civil de Vizcaya, quien en 1982 le propuso como jefe superior de Policía de Bilbao. A partir de ese momento Álvarez se convertiría en la mano derecha de Sancristóbal. Cuando en 1984 éste pasa a la Dirección de la Seguridad del Estado, llama a su lado a Francisco Álvarez y le sitúa al frente del Gabinete de Información y Operaciones Especiales. En 1986 fue destituido en su cargo, según parece por los errores cometidos en la difusión de fotografías de supuestos miembros del comando España, de ETA Militar. Meses antes, en un programa en la televisión francesa, había negado cualquier relación con los GAL. Un presunto policía español cuya identidad no fue revelada le acusó en el mismo programa de haber participado en los GAL junto con Rafael Vera y el general Cassinello. Cuando se le pidió como católico que lo jurara por Dios, Álvarez se negó a hacerlo. Al dejar la Policía se instaló en Barcelona, donde creó dos empresas de seguridad e investigación privada, vinculadas a Javier de la Rosa. También con ellas tendría problemas. Una fue investigada por la sospecha de que realizaba pinchazos telefónicos.

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