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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Liberada

LA JUNTA Militar de Myanmar (antigua Birmania) ha levantado el arresto domiciliario que pesaba, desde hace seis años, sobre la líder de la oposición y premio Nobel, de la Paz Aung San Suu Kyi. El caso de Suu Kyi, que nunca ha sido juzgada ni condenada, había provocado una fuerte indignación en todo el mundo, especialmente en Asia. Recién liberada, la dirigente del principal partido de la oposición en Myanmar, la Liga Nacional para la Democracia, ha instado al Gobierno birmano a que libere a los presos políticos que todavía están encarcelados. Un gesto que es coherente con su trayectoria política y con su testimonio personal a favor del respeto de los derechos humanos en su país.Las razones que han impulsado a la Junta a tomar una medida a la que se había negado de modo persistente no son fáciles de imaginar. No hace mucho, uno de sus miembros justificó ante la prensa extranjera el arresto de Suu Kyi por razones de estabilidad y tranquilidad del país. Un dato que puede explicar el cambio de actitud de la Junta es la mejora de la economía. En esas circunstancias, Birmania, necesita más que nunca ampliar. sus relaciones con el exterior. También se hace más fuerte la presión de los medios económicos para superar las causas que han justificado hasta ahora el relativo aislamiento de Birmania.

Suu Kyi goza de una popularidad enorme en los paises asiáticos y su encarcelamiento ha sido causa permanente de desprestigio para los gobernantes de Rangún. Es posible también que los militares birmanos se sientan más seguros con los recientes resultados económicos, y que ello les haya estimulado a poner fin a una situación cada vez más injustificada. Las campañas de Amnistía Internacional contra la ausencia de libertad en Birmania han repercutido en medios muy diversos. El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Desarrollo Asiático se han negado sistemáticamente a facilitar a Rangún los créditos que necesita para su desarrollo económico. Es una razón más que suficiente para explicar por qué se ha producido precisamente ahora la puesta en libertad de Suu Kyi.

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