La UE busca personificar la política exterior común

"Hace falta una representación única de la política exterior y de seguridad [PESC] de la Unión Europea [UE] que otorgue a ésta visibilidad y continuidad". Así resumió Carlos Westendorp la principal conclusión del cuarto encuentro mantenido por el Grupo de Reflexión que prepara la reforma del Tratado, de Maastricht.Se trata de responder a la pregunta que frecuentemente plantean los norteamericanos: "¿Pero cuál es el teléfono de la UE?", ilustró Westendorp. Surgieron dos fórmulas, aunque ninguna concita todavía la unanimidad. La primera y más novedosa, "establecer un alto representante, un Míster X de la política exterior común", como dijo el presidente del grupo. La segunda, el simple reforzamiento del Consejo.

La idea del alto representante concitó apoyos, condicionados a que no suponga la creación de una nueva institución superpuesta a las ya existentes, especialmente a la Comisión, que ya desarrolla satisfactoriamente una parte de la política exterior común, las relaciones económicas exteriores. "No queremos crear un Frankenstein que después toma vida propia y no sabemos adónde nos conduce".

La propuesta de un MÍster X fue extensamente desarrollada dentro de la reunión por el representante de la Comisión, Marcelino Oreja. Oreja sostuvo que para la creación del alto representante, al que llamó Mister PESC, debe partirse de las dos instituciones con iniciativa en política exterior, la Comisión (sobre todo en relaciones económicas) y el Consejo (a través de la presidencia semestral).

Como, en opinión de los Quince, resulta "saludable" mantener la presidencia rotatoria, afirmó Westendorp, y ésta no da suficiente continuidad y visibilidad a la representación europea, quizá convendría utilizar al presidente de la Comisión para estas funciones. El presidente de la Comisión llevaría así dos sombreros: el propiamente comunitario y el intergubernamental pero en el futuro ya más comunitarizado, más integrado, de la PESC.

¿Por qué más integrado? Porque aunque muchos Estados opinan que la unanimidad debe seguir siendo regla general de la política exterior -y más aún en la de Defensa-, ayer se avanzó en su modulación. La aprobación por mayoría en determinados casos se articuló sobre la base de la "abstención activa": que un Estado no bloquee una acción exterior común, aunque no quiera comprometerse en su aplicación Este tema, que debe madurarse, dijo Westendorp, topa con un problema: ¿cómo se financian las acciones exteriores de las que se desentienden algunos socios?

En los aspectos de seguridad se avanzó menos que en los de pura política exterior. Hubo acuerdo en que las tareas clásicas de defensa (preservar la integridad del territorio) están bien resueltas por la OTAN. Pero menos en cómo afrontar los nuevo desafíos a la estabilidad europea problemas fronterizos, choque de minorías, fenómenos de terrorismo y catástrofes ecológicas in controladas. Aunque todos pretenden dotar de mayor coordinación a la UE y a la Unión Europea Occidental, unos, los británicos, desean hacerlo mediante mecanismos aproximativos (cumbres simultáneas), pero sin fusionarlas; mientras que todos los demás se manifiestan partidarios de la fusión a medio plazo, en torno al año 2000, fecha en la que se prevé la adhesión de los países de la Europa central y del Este.