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Los serbios se comprometen a reabrir la ruta de ayuda humanitaria a Sarajevo ante las presiones europeas

Los representantes de las Naciones Unidas en Sarajevo recibieron ayer con cautela el compromiso de los serbio-bosnios de reabrir el próximo martes la ruta de acceso de ayuda humanitaria a la asediada capital bosnia, estrangulada desde hace semanas. Las presiones del mediador de la Unión Europea (UE), Carl Bildt, y del presidente francés, Jacques Chirac, ante el presidente serbio, Slobodan Milosevic, y de éste sobre sus correligionarios bosnios parecen haber dado efecto. Pero la ONU sabe por experiencia que las promesas se rompen con facilidad en Bosnia. "Por ahora contamos con una aprobación [de la entrada de ayuda] sobre el papel; lo que pase en realidad es una cuestión bien distinta", reconoció un portavoz de la ONU.

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La llegada de hasta 500 toneladas de alimentos servirá para aliviar la desesperada situación de la población civil, ya que durante el pasado mes de junio sólo pudieron entrar en Sarajevo uno de cada diez convoyes de ayuda humanitaria, que siguen bloqueados desde hace más de dos semanas.El portavoz del Alto Comisionado de las Naciones para los Refugiados (ACNUR) en Sarajevo, Kris Janowski, indicó ayer que la decisión de los serbios de Bosnia "parece un paso adelante", aunque recordó que se necesitan al menos dos convoyes diarios para garantizar el suministro de alimentos a la población de la sitiada capital bosnia. Sin embargo, los observadores de las Naciones Unidas en Sarajevo consideran que sólo se trata de una "concesión táctica" de las fuerzas del líder radical Radovan Karadzic para impedir que los cascos azules reabran otra vía de acceso a Sarajevo, esta vez a través del monte Igman, ruta continuamente hostigada por la artillería serbia.

Los responsables de ACNUR ignoraban todavía ayer si los serbios iban a permitir que los convoyes circularan bajo la protección de los cascos azules o impondrán, como ya ha ocurrido en anteriores ocasiones, que sea su propia policía quien controle el transporte. Al desabastecimiento de Sarajevo se suman los continuos bombardeos serbios contra la población civil, que ayer causaron al menos 11 heridos.

Mientras Bildt y Chirac intentan convencer a Milosevic de que utilice su influencia ante los serbio-bosnios para que permitan el reabastecimiento a Sarajevo, la artillería de Karadzic sigue machacando por tercer día consecutivo el enclave musulmán de Srebrenica, al noreste de Bosnia. Un soldado holandés de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) murió ayer a consecuencia de las heridas que sufrió al recibir en plena cara un disparo -al parecer, desde las filas bonsias- durante los violentos enfrentamientos que se desataron entre tropas serbias y musulmanas. Los cascos azules holandeses habían tenido que abandonar sus posiciones de observación en Srebrenica ante el continuo fuego de la artillería serbia. Un portavoz de la ONU en Sarajevo anunció ayer que los mandos de Unprofor habían solicitado la intervención de las fuerzas aéreas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el enclave, declarado zona segura por Naciones Unidas y donde está teóricamente excluido el uso de armas pesadas.

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