Un reto para Aznar

A JOSÉ María Aznar le han faltado reflejos en el caso Sóller. El presidente del Partido Popular ha reaccionado ante ese presunto caso de corrupción en su par tido cuando no hacerlo amenazaba. ya con graves costes políticos y de imagen. El cariz que ha tomado la investigación judicial no, es nada halagüeño para un partido que ha hecho de la regeneración de la vida pública su principal reclamo político para acceder al poder, y de las acusaciones de corrupción, el primer instrumento de ataque al adversario. Ante el llamado caso Naseiro, el líder del PP demostró más agilidad. Apenas 48 horas después de conocerse los primeros datos de la investigación judicial, Aznar ordenaba una investigación interna del partido. Y, sin' embargo, el caso del tunel de Sóller, en Mallorca, viene de lejos. Desde hace ya meses, los jueces mallorquines investigan una supuesta financiación irregular del PP vinculada a- la adjudicación de las obras del túnel de peaje de Sóller a un socio privado del presidente, popular del Gobierno balear, Gabriel Cañellas. La Inspección de Hacienda y la policía rastrean el pago de 1.40 millones de pesetas en comisiones ilegales. La labor no está resultando nada fácil -pagos fraccionados, activos fiscalmente opacos, entregas en metálico mediante el sistema del maletín...-, pero ya ha dado. algunos frutos que pueden resultar amargos para la dirección del PP: el rastro, de 110 millones de pesetas ha podido ser verificado. Queda por documentar la pista de otros 30 millones de pesetas e identificar a sus destinatarios. Y el Tribunal Superior dé Justicia de Baleares acaba de requerir al PP los movimientos de sus cuentas corrientes en Baleares para verificar si parte de ese dinero ha servido para financiar en las islas las campañas para las elecciones europeas y legislativas de 1989.

Éstos son, los hechos, que ahora investiga la justicia, pero que colean desde hace, siete años. Lo menos quepuede decirse de la reacción de las altas instancias del PP es que ha sido tibia. Y no se sabe si no seguiría siéndolo si el intento de exculpación pretendida por el presidente del Gobierno balear, Gabriel Cañellas, a cuenta de la mayoría, absoluta conseguida en las últimas elecciones autonómicas, no hubiera provocado un rechazo general.

En todo caso, la orden de Aznar de que se investigue internamente lo sucedido en Baleares servirá para poner a prueba la consistencia, de su compromiso personal contra la corrupción, "esté donde es té", como manifestó ayer. Es decir, no sólo en el Gobierno y en el PSOE, sino también en Su propio partido y sus ámbitos de poder. La docena de casos de corrupción que investigan actualmente los Jueces en relación pon el PP muestra hasta qué punto es difícil practicar en casa la virtud, que se predica para el vecino.

En el caso del túnel de Sóller se han dado algunas actitudes por parte de Aznar y del, PP, que recuerdan demasiado a las habituales de González y del PSOE en los escándalos que les afectan. La primera reacción de Aznar fue confiar en la palabra de sus compañeros de Baleares, que aseguraban que allí no había pasado nada. Cañellas, por su parte, ha querido quitar hierro al. asunto con la argucia de que se refiere a "actuaciones de tiempo atrás". Es decir, recetas que cuando las practica el PSOE han merecido -con razón- la condena contundente del PP y de Aznar. Pero en cambiar esas recetas y esos modos estriba justamente la credibilidad del partido que aspira a gobernar España y su aportación real, y no meramente propagandística', a la regeneración que reclama para el sistema político e institucional en su conjunto.