Polémica en Alemania sobre un monumento al holocausto

El proyecto de construir en Berlín un monumento a los seis millones de judíos exterminados durante el nazismo ha desencadenado en Alemania una fuerte polémica, cargada de argumentos emocionales. El rechazo del canciller federal, el democristiano Helmut Kohl, y su compañero de partido, el alcalde de la capital alemana, Eberhard Diepgen, del proyecto premiado, al que critican por "gigantismo", ha provocado una fuerte reacción entre los promotores del monumento. De nuevo ha salido a relucir la acusación de que en Alemania existe una "incapacidad para sentir dolor" por lo ocurrido durante el nazismo.El 501 aniversario del final de la guerra, con todo el ceremonial y celebraciones, no puso de ninguna manera un punto final sobre la siniestra historia reciente de Alemania. De nuevo surge un tema de polémica. con el monumento al holocausto, previsto en Berlín en un terreno baldío al lado de la puerta de Brandeburgo, no lejos del desaparecido búnker de Hitler y del llamado muro de la vergüenza que dividió durante casi 30 años la ciudad.

Un jurado seleccionó, entre los 528 presentados, un proyecto consistente en una gigantesca placa de 100 metros por 100 metros en el que se grabarían los nombres de hasta 4,2 millones de judíos que es la cifra de los que se tienen registrados como víctimas del exterminio nazi.. La idea era que sus nombres perdurasen en la piedra, en el centro mismo de la vieja y- nueva capital alemana. Todo estaba en marcha para el monumento. Los gastos ascendían a unos.2.600 millones de pesetas, que se repartirían entre el Gobierno federal, el de Berlín y una iniciativa de promotores para recoger donativos.

Desproporcionado

El pasado jueves un comunicado de siete líneas de la oficina de prensa de Kohl en Bonn desencadenó la polémica. El Gobierno de Bonn "considera necesario continuar la discusión sobre la forma del monumento con el objetivo de lograr un amplio consenso de todos los implicados". Al parecer, lo que molesta a Kohl y al alcalde son las dimensiones de la placa, su desproporción en esa zona céntrica, por donde el próximo milenio debe transcurrir la vida política alemana.

La reacción no tardó en producirse. La periodista Lea Rosh, cabeza visible del grupo promotor, replicó que el monumento tiene que ser gigantesco y des, proporcionado, porque también lo fue el hecho que lo provoca: el asesinato de seis millones de judíos . Más contundente ha sido el socialdemócrata Wolfgang Nagel, senador (ministro) de la construcción de Berlín, donde gobierna una gran coalición entre democristianos y socialdemócratas. Nagel calificó de "suceso' vergonzoso" lo ocurrido y saco a relucir la expresión consagrada por el psicoanalista Alexander Mitscherlich, al resumir la actitud de los alemanes sobre el nazismo en su obra titulada La incapacidad de sentir dolor.