El destino hace justicia a Jalabert
El ciclista del ONCE, nuevo líder tras una etapa ganada por Cipollini al 'sprint'
El destino ha hecho justicia con Jalabert, que se vistió de amarillo ayer en el aniversario de una caída que estuvo a punto de quebrar su carrera deportiva. Un año después, Jalabert no sólo ha resucitado como ciclista sino que ha progresado. Ha dejado de ser un especialista para probar fortuna en el gran ciclismo, el lugar reservado para quienes persiguen el podio final. 14 victorias en lo que va de año dicen mucho de él, pero tienen un valor añadido sobre las 15 de Cipollini. Jalabert persigue la victoria con mayúsculas y Cipollini el oportunismo. Su apuesta es meramente estética, desde el sprint hasta los bucles dorados que le acompañan esta temporada.Entretanto, el Tour tacha hojas del calendario. Lo hace Induráin, que ayer topó con sus huesos en el suelo sin consecuencias. Lo hace Rominger, Berzin y Zülle. Ellos juegan a largo plazo mientras sus directores trabajan la diplomacia. Curiosa cuestión ésta: ¿quién tiene la obligación de hacer el trabajo sucio en esta parte de la carrera? Todos cuantos directores desean que el mando de las operaciones pertenezca al Banesto han fracasado: todo transcurre con normalidad e Induráin y sus chicos no han movido un dedo. Y quien aseguró que la cosa no iba con él (léase Manolo Sáiz, director del ONCE) puso a trabajar a todo el equipo para proteger el liderato que Jalabert había conquistado en las metas volantes, donde sumó 10 de los 7 segundos que necesitaba para desbancar a Durand. "Le hemos dado libertad a Jalabert para hoy, pero el equipo no trabajará antes de la contrarreloj por equipos", anunció Pablo Antón, apoderado del ONCE, a poco de tomar la salida. Horas después, sus nueve corredores trabajaban a pleno pulmón un buen rato. Y es que una cosa es la diplomacia de salón y otra la carrera: nadie puede despreciar un maillot amarillo.
Sin embargo, el ONCE hizo una demostración convincente, muy marca de la casa. Manolo Sáiz tiende a difundir teorías colectivistas. Hay mucho de rigor y disciplina en su ideario. Un pelotón encabezado por el ONCE al completo responde fielmente a su estilo. No hubo tapujos a la hora de auxiliar a Jalabert. Hoy llegará su etapa favorita y no podía despreciar el aliciente añadido de la defensa del liderato, un ideal que refuerza el sentido de grupo. Jalabert es además su carta oculta y no lo puede negar. Su nuevo líder ha ganado este año la Vuelta a Valencia, la París-Niza, la Flecha Valona y la Volta a Catalunya. Sáiz quiere un candidato al podio. Pero tiene dudas razonables respecto a Jalabert: ahora es más sólido que Zülle.
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