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Major rechaza hacer concesiones a la derecha 'tory' en vísperas de la elección de líder

n la recta final de la campaña para elegir al nuevo der M Partido Conservador bTitánico, los dos os contendientes en la primera vuelta -que se elebra mañana-, el primer ministro John Major el ex ministro John Redwood, multiplicaron ayersus comparecencias ante los medios de comunicaón. Major volvió a negarse, en el programa de la BBC Breakfast with Frost, a descartar la posibilid de que 61 Reino Unido acepte en un momento do la moneda única ni quiso hacer firme la promesa de un referéndum sobre la UE.

"El partido Conservador es un partido nacional y no una camarilla", explicó Major, "y por tanto debe estar preparado para aceptar los puntos de vista de un partido nacional: un partido británico, un partido unido y capaz de seguir la línea política de la tolerancia". Su negativa, al menos aparente, a hacer concesiones al ala derecha de los tories, no le impidió proclamarse de nuevo ganador seguro de la batalla para el liderazgo.En el mismo programa de la BBC, John Redwood, el aspirante a ocupar el número 10 de Downing Street, se mostró, por el contrario, partidario de un cambio real, en la política de los conservadores para poder ganar las próximas elecciones. Pese a definirse a sí mismo como un contendiente serio y no como un simple señuelo para socavar la posición del primer ministro, Redwood jamás se postula como vencedor en la elección que se desarrollará mañana en una pequeÑa sala. de la Cámara de los Comunes.

La tarea primordial de los respectivos equipos que trabajan a favor de uno u otro contendiente eslograr el apoyo de los cerca de 130 parlamentarios conservadores que todavía se hayan indecisos.

Mientras una encuesta del Sunday Express -periódico favorable a Major- señalaba ayer que el primer ministro puede conseguir 224 votos en la cita del martes, otorgando a su oponente un máximo de 60, las filas de Redwood seguían sin recibir el apoyo sugerido por parte de algunos pesos pesados del partido. Ni el ex ministro de Educación, John Patten, ni dos antiguos presidentes del partido, lord Parkinson y Kenneth Baker, acaban de decidirse a hacer públicas sus respectivas opiniones sobre los dos contendientes. Sólo un tory de octava fila, Jacques Arnold, secretario parlamentario del Secretario de Estado de Interior, David MaClean, dimitió el fin de semana de su cargo para apoyar abiertamente la candidatura de Redwood.

Todo parece indicar que la fortuna sonríe de momento a Major. Sin embargo, en unas e lecciones marcadas por la intriga y las maniobras entre bastidores ningún analista político se atreve a descartar ninguna posibilidad por aventurada que sea.

Y las hipótesis encuentran terreno abonado en la avidez de titulares rotundos por parte de los grandes periódicos británicos. Para The Sunday Times, la aparente firmeza de Major frente a sus enemigos euroescépticos no es del todo real. En su edición de ayer, este periódico aseguraba que el primer ministro prepara una inmediata remodelación de su Gobierno para el próximo miércoles, caso de superar, si quiera por mayoría técnica la votación de mañana. Un cambio ministerial que podría dejar en manos del derechista Michael Portillo la política exterior británica. Y no sólo eso, según el mismo rotativo. Major está dispuesto a dar libertad de voto a los, parlamentarios tories en todas las cuestiones europeas. Una prerrogativa de la que ya gozaban de hecho, aunque la oferta de Major implicaría aceptar los casos de rebeldía con toda naturalidad sin recurrir a medidas disciplinarias.

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