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17 00,0 hectáreas de bosque han ardido este años, 5.000 menos que hasta julio de 1994

Dos obras de teatro del grupo Zascandil recorren 100 pueblos para prevenír el fuego

En los seis primeros meses del año, España ha perdido por incendios 60.000 hectáreas forestales. De ellas, ardieron 17.000 de bosque, 5.000 hectáreas menos que en ese mismo periodo de 1994. Galicia es por ahora la comunidad autónoma más dañada (5.327 hectáreas calcinadas), seguida de Andalucía, Castilla y León y Aragón. Lo preocupante es el aumento de número de incendios, casi 10.000 en lo que va de año, el doble que en ese tiempo del año pasado. Para concienciar a la población de la gravedad del problema, dos obras de teatro representadas por el grupo Zascandil y subvencionadas por el Ministerio de Agricultura recorren este verano 100 pueblos de 10 comunidades autónomas.

Los cabreros y los "malos quereres" son para María, Sara y Dionisia, vecinas de Candeleda (Avila, 5.500. habitantes), las principales causas de los incendios forestales. Para los niños Rodrigo, Judith y Javier, del mismo pueblo -visitado el viernes por Zascandil-, las llamas las provocan "los señores", "la gente mala", "los que tiran colillas al suelo" y "los que dejan cristales en el campo, entonces el sol va para abajo y arden las hojas". Según cuenta Pilar, que forma parte del equipo de seis personal que acompaña al grupo teatral en la campaña rural antiincendios, "la mayoría de la gente de los pueblos está convencida de que los incendios son intencionados".Las estadísticas del ya desaparecido Icona señalan algo parecido: Un 25% de los fuegos tienen origen desconocido. Un 5%, rayos. Un 15%, negligencias. Y un 55% son intencionados, aunque e n ese porcentaje se incluyen quemas de rastrojos, pastos y linderas realizadas por agricultores y ganaderos sin intención de dañar el bosque. Y es que resulta difícil desentrañar si en el ánimo de quien pega fuego a las malas hierbas subyace algo contra los árboles, o se trata sólo de descuidos.

En cualquier caso, la investigación deja mucho que desear. De los 67 mayores incendios del año pasado, que arrasaron 300.000 hectáreas (un 70% de todo lo que ardió), el 50%, según el balance final de Agricultura, tiene causas desconocidas. Grupos ecologistas como Greenpeace y Fondo Mundial para la Naturaleza interpretan este desconocimiento como dejadez de la Administración.

"Los incendios siguen sin ser prioridad de gobierno", dicen.

Quemas agrícolas

El informe del Senado sobre incendios forestales. aprobado por unanimidad el pasado miércoles también señala como causas frecuentes las quemas (agrícolas, de pastos y de basuras), las venganzas, el vandalismo y las actividades recreativas (hogueras, barbacoas, cigarrillos tirados sin apagar). Y como frecuentes en algunas regiones, la creación de espacios naturales protegidos, los conflictos de caza y el mercado de trabajo. Esta última razón ha comenzzdo a ser detectada por los responsables autonómicos de lucha contra el fuego. Las cuantiosas inversiones de las campañas antiincendios -cerca ya de 200.000 millones anuales- pueden estar alimentando el propio monstruo. Cada vez más gente del campo piensa que los incendios los provocan las propias cuadrillas de extinción, para tener más trabajo, más horas extras y, por lo tanto, mas ingresos. De ahí que el Senado pida mayor profesionalización.

Los senadores también han criticado que se pone demasiado el acento en la extinción, y se olvidan las tareas de prevención y de concienciación. A esos asuntos dedica este año el Gobierno central 430 millones: 200 para los anuncios en prensa y televisión, que comienzan a emitirse estos días y ofrecen imágenes reales de incendios del verano pasado; 80 para una campaña en mil colegios; y 150 para la sensibilización del mundo rural a través de dos obras de una hora de duración de Ignac0o del Moral, guionista de la popular serie Farmacia de Guardia. Se calcula que unas 50.000 personas verán, gratis, las obras.

Zascandil pasó el miércoles por Navaconcejo (en el cacereño valle del Jerte) y el viernes

por Candeleda, en la falda de Gredos, con hermosos bosques de pinos y robles. "Los incendios son un acto muy criminal", dice Sara González. "Yo cuando voy por ahí y veo los pinos quemados, me da una pena.... porque parece que están pidiendo auxilio", cuenta María Sánchez. Los siete componentes de Zascandil -Carmen, Valentina, Teresa, Pedro, José Luis, Juan Carlos y Marcelino, con edades de entre 23 y 36 años- señalan que lo mejor de la obra que representan es su realismo, que permite que la gente de los pueblos se identifique con los personajes. "Por eso creemos que el mensaje de prevención de incendios les llega", dice Marcelino. "Además, teatralmente es muy satisfactorio. Esta mañana un señor me ha dicho: 'Qué bonito lo que hacéis, de pueblo en pueblo, como Lorca con La Barraca".

La tía Felipa

Ladislao López, alcalde socialista de Candeleda (Avila), desconfiaba el viernes por la tarde de que acudiera mucha gente a la representación de la obra Para que siga la vida, una historia sobre los desastres que acarrean las imprudencias en el campo en torno a un entrañable personaje, la tía Felipa. Pero a las diez y media de la noche, más de 600 personas estaban en la Plaza Mayor. Se repitió la sorpresa de otros pueblos: más público de lo que los alcaldes creen. Y se confirmó la regla: asisten muchas más mujeres y niños que hombres.Para los vecinos de Candeleda, la solución frente a los incendios pasa por poner más guardas y cuidar más el bosque. Para Ladislao López, lo mismo: "Los trabajos de selvicultura y la vigilancia son fundamentales". Pero añade que ahora, por cuestiones económicas, el término de Candeleda (204 kilómetros cuadrados, una población que se duplica en julio y agosto) sólo cuenta con seis personas que trabajan los tres meses de verano en una brigada contra incendios, y ocho guardas, centrados en la impresionante sierra de Gredos.

Al terminar la función, dos de las más ancianas del lugar, que se vieron representadas en la tía Felipa, se acercaron a los organizadores y, parafraseando con cierta solemnidad el título de la obra, les dijeron: "Que tengan la dicha de seguir por toda España, enseñándonos a vivir, que somos ya muy mayores".

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