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El ajuste laboral en 1994 se concentró en las 'pyme', que perdieron un 10% de su plantilla

Jesús Mota

En 1994 se registró en España una moderación salarial notable, que se manifestó en un crecimiento moderado del 3% del salario pactado en convenio en las grandes empresas (más de 500 personas), un deslizamiento de sólo medio punto sobre el sueldo pactado (1,2 puntos en 1993) y un aumento muy moderado de los costes laborales (3,7%). Este cuadro de moderación salarial se produjo en un entorno de ajuste de plantillas (-10,1% en las empresas con menos de 500 empleados, -2,3% en las que superan esa cifra). La remuneración fija o garantizada sigue ganando terreno, en perjuicio de la variable o incentivo.

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La negociación colectiva en el ejercicio de 1994 muestra sin lugar a dudas que la economía española está en una etapa de moderación salarial. Los asalariados pactaron en convenio, como media, aumentos salariales del 3% en las grandes empresas; el salario efectivamente percibido por los trabajadores, por la deriva salarial (aumentos de categorías u otros conceptos), se elevó el 3,5% y los costes laborales pagados por las empresas subieron el 3,7%. La inflación fue del 4,3%. La profundidad del ajuste salarial, criticado por los sindicatos, viene determinada no sólo por el aumento moderado de los salarios, sino también por la drástica reducción de las derivas (0,5 puntos en 1994 frente a 1,2 puntos en 1993) y el hecho de que las empresas con beneficios superasen ampliamente la media (4,2% de subida) mientras que las que tuvieron pérdidas subieron el 1,7%. La evolución laboral está detallada en el estudio que realiza anualmente la Dirección General de Política Económica del Ministerio de Economía y Hacienda bajo el título La Negociación Colectiva de las Grandes Empresas. El análisis se ejecuta sobre una encuesta de 416 empresas, con 469 convenios que afectan a más de 610.000 trabajadores. Para el conjunto de las empresas, la subida fue del 3,7%.

La evolución del coste laboral (masa salarial bruta por empleado) es la variable más importante. En 1994, el aumento fue muy moderado, pero con extremos muy significativos. La industria sufrió el aumento más alto, con el 4,5%; servicios tuvo un alza del coste del 3,6% y la construcción disminuyó el 1,7%. La razón es que la construcción fue el único sector que experimentó un descenso de sus salarios medios (-0,8%), producida por la íntima relación entre salarios y empleo. Los agrícolas subieron el 2,8%, en la industria el 3,5% y en los servicios el 3,6%.¿Por qué subieron los costes laborales en 1990? Principalmente porque subieron las retribuciones garantizadas o fijas. Los complementos de carácter fijo (peligrosidad y nocturnidad), subieron el 16,7% y el de antigüedad el 6,9%.La variable empleo merece un análisis detallado en el estudio. Las empresas ejecutaron un ajuste de plantillas del 3,3%, pero lo interesante es cómo se distribuyó. Así, el ajuste se centró en las pequeñas y medianas empresas (pyme). El recorte laboral fue del 10,1% en las empresas de menos de 500 trabajadores frente al 2,3% en las más grandes; afectó más a las públicas (-4,4%) que a las privadas (2,3%) y más a las sociedades con pérdidas (-4%) que a las que tienen beneficios (-3%).

El informe dice: "La destrucción del empleo se realiza durante los últimos tres años preferentemente en las empresas industriales ( ... ); en las empresas con pérdidas; en las públicas, que vienen acometiendo un serio programa de ajuste; en las empresas que tienen menos de 500 trabajadores, a las que las crisis económica ha castigado con mayor severidad pese a su pretendidamente mayor flexibilidad; y, por último, en las empresas exportadoras, que han utilizado la variación de plantillas como un resorte más para conseguir mayor competitividad en los mercados".

El ajuste salarial y de empleo fue acompañado de un descenso en la jornada de empleo. La jornada fue de 1730,9 horas por empleado y año, cuando en 1993 había sido de 1732,7 horas. También se detecta una disminución de las horas perdidas por los trabajadores (101,8 horas ante 104,5 en 1993), aunque las horas perdidas por conflictos pasaron de 1,1 por empleado en 1993 a 2,4 en 1994.

La estructura de la masa salarial bruta se está convirtiendo progresivamente en más y más rígida. Cada vez tienen más importancia las remuneraciones fijas o garantizadas y pierden peso las variables, ligadas a la productividad. El año pasado, el 62,5% del sueldo era una percepción fija (sueldo base, complementos fijos y antigüedad), 1,4 puntos más que en 1993.

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