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Entrevista:

"Nadie me quitará mis canciones"

Amelia Castilla

Utiliza una tijera a modo de peine y sus pantalones tienen los mismos trasquilones que su pelo. Albert Pla, el cantautor más polémico de la democracia su penúltimo disco, Veintegenarios, permanece aparcado en los sótanos de su compañía discográfica-, presenta estos días en Madrid su último trabajo, Supone Fonollosa, una recopilación de poemas que el poeta Josep Maria Fonollosa escribió en Nueva York y que él ha musicado. Pla (Sabadell, 1966) reaparece en Madrid tras dos años de ausencia, y esta vez viene de paisano, sin el camisón y el sofá que le hicieron famoso. "Ahora me apoyo en la guitarra eléctrica".

"Tengo preparadas las respuestas/ para las entrevistas de los periodistas. / Querrán saber qué opino y cómo soy. / Tengo preparadas las metáforas que servirán como brillante ejemplo / o síntesis que aclare lo que exponga". Esto es lo primero que se escucha en su nuevo disco y, desde luego, no tiene nada que ver con las respuestas de Pla. "No, bueno, yo no...", es su contestación favorita. Tras largos silencios sus contestaciones se hacen un poco más precisa: "Yo no hablo nunca de mis problemas", asegura al referirse a las discusiones con la compañía en relación con su álbum anterior, sin publicar por culpa de dos canciones, una dedicada a las infantas y otra sobre los amores de un policía y una etarra.

"Ni soy un mártir ni ellos unos hijos de puta. A mí nadie me quitará mis canciones. Lo único que pienso de aquello es que ese bisnis salió mal, que no voy a ganar dinero con ese disco, pero nada más. Yo no tengo problemas con la casa de discos, ni siquiera con aquellos que impidieron que saliera y que ahora me preguntan 'qué fue de aquello' como si fueran nuevos", asegura el cantante más escatológico del panorama nacional. Pla, que parece tener problemas de censura allá por donde va, asegura que siempre le han sucedido cosas de esas. "Yo vivo con ello y ya está. Para nada afecta a mi trabajo".

Público incondicional

Sus problemas de comunicación con su editora discográfica los compensa con un público incondicional. El espectáculo "multimierda" que Pla estrenó anoche en Madrid le llevó cerca de un año prepararlo. El cantautor, que tiene letras almacenadas como para hacer cuatro discos más -"Nunca me he encontrado con un papel, cuando escribo la canción ya la tengo. La escribo para que no se me olvide"-, se ha permitido el lujo de hacer un alto en su carrera y preparar un disco dedicado al autor de Ciudad del hombre: Nueva York poeta."Ha sido muy relajante trabajar con textos de Fonollosa", dice. El poeta, fallecido en octubre de 1991 en Barcelona, y el músico parecen almas gemelas. Los textos de ambos son igual de ácidos e insólitos. Uno y otro buscan la sorpresa y el acoso de los lectores. Una de las poesías de Fonollosa musicadas por Pla recrea la historia de un violador que se introduce por la ventana en la casa de una mujer que está dormida y acaba matándola para evitar que grite. "Y, estuvo bien, pero estaba tan fría; / y estuvo bien, pero estaba tan ausente", dice el estribillo. Otros fragmentos de poemas dicen: "Recuérdeme, amor mío, cada vez que tomes una tapita de chorizo" ( ... ), o "tú estás tan buena, / yo te haría tan dichosa; / pero tú, tú te lo pierdes con tu prisa". El disco se completa con una versión personal del clásico de Lou Reed Walk on the wild side que él ha titulado El lado más bestia de la vida, y un tema propio Añoro (Añoro esa rayita o esa pastillita que no me tomé contigo).

Como en sus otros discos, Pla dedica una parte de las canciones a las mujeres, aunque él lo niegue: "Yo voy hablando de mis cosas, un poco de aquí y un poco de allá. No me gusta especialmente hablar de mujeres o de sexo. Puedes hacer una lenta de nueve minutos que, si en un momento dices 'y luego me la follé', resulta que sólo estaba hablando de sexo".

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