La renta familiar descendió por primera vez en los diez últimos años, al caer un punto en 1994
Moderación salarial, más presión fiscal y menos prestaciones sociales. Éstas son las causas señaladas por el Banco de España para explicar un fenómeno que no ocurría desde hace diez años en la economía espa ñola: el descenso en términos reales de la renta familiar disponible. Según el informe anual del banco emisor, la caída del poder, adquisitivo en términos reales (descontada la inflación) fue de un punto en 1994, lo que explica la lenta recuperación del con sumo privado. La reducción de los recursos disponibles se ha traducido, además, en un aumento del endeudamiento por lo que la riqueza financiera de las familias aumentó el pasado año diez puntos menos que en 1993.
Según revela este informe, las familias españolas se apretaron el cinturón el pasado año, frente a una situación más holgada en los diez ejercicios precedentes. El descenso en el poder adquisitivo fue de un punto respecto del año anterior en términos reales. Por ello, la tasa de ahorro familiar se moderó respecto de los elevados niveles de 1993, hasta situarse algo por encima del 10,5%.Menor ahorro no ha supuesto, sin embargo, una recuperación significativa del consumo. El Banco de España da varias explicaciones al respecto. Aunque las perspectivas del empleo mejoraron a lo largo del año", dice el informe, "su alta temporalidad, la desaceleración salarial y la reducción de las prestaciones por desempleo moderaron la recuperación del consumo privado".
Un segundo factor decisivo ha sido, añade el informe, "la mayor presión fiscal", dado que en 1994 y por segundo año consecutivo no se actualizaron las tablas de retenciones [del impuesto sobre la renta] para eliminar el efecto de la inflación". Todo ello, según el Banco de España, "creó un clima de incertidumbre que alentó la cautela de los consumidores en sus decisiones de gasto".
El principal componente de la renta familiar, es decir, los salarios, registró el pasado año un incremento global mayor que el del año anterior -debido a la mejora en el empleo-, si bien todavía experimentó una tasa de variación negativa en términos reales. "El retraso en la percepción de la recuperación económica por los agentes sociales, la notable acumulación de desempleo que se había producido en 1993 y la flexibilización introducida por la reforma laboral a mediados de 1994, determinaron una mayor predisposición de los agentes sociales a la moderación salarial", explica el informe.
Estado menos protector
La otra fuente de ingresos para las familias, la aportaciones recibidas por el Estado, tuvieron el pasado año también una incidencia negativa -próxima a cero- en su renta. El Banco de España destaca al respecto "la importante desaceleración en las prestaciones sociales" que se registró el pasado año. Ello se explica por las reformas legislativas de los años 1992, 1993 y 1994 que se llevaron a cabo en el sistema de protección por desempleo y también por el menor número de parados. Igualmente, bajaron globalmente las pensiones contributivas porque descendió el ritmo de aumento en el número de pensionistas, y porque el pasado año éstas se pagaron, por primera vez, de acuerdo con la inflación prevista. Las prestaciones sanitarias mantuvieron el pasado año la senda descendente iniciada en el año 1993.El descenso en el conjunto de las prestaciones sociales supone un vuelco con respecto a la situación de los años 1992 y, especialmente, 1993, en plena crisis económica. Como media de los últimos siete años la situación descrita por el Banco de España es la siguiente: Los recursos aportados por las Administraciones Públicas tienen un peso relativo del 16% en la variación de la renta disponible de las familias, mientras que los recursos drenados por el sector público -impuestos sobre la renta y el patrimonio más cotizaciones sociales- ponderan en alrededor de un 40%.
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