El salón de los pasos perdidos
Carmen Werner lleva un pausado proceso de superación formal que se verifica cada vez que estrena. Las piezas últimas son mejores que las anteriores, depuran responsabilidades teatrales, son honestos intentos de sacar adelante una formulación del espectáculo que se basa siempre en la tensión, la catarsis y el desgarramiento: es lo más difícil, si se quiere.La coreógrafa no deja espacio al humor, o a una cierta relajación del tempo de danza, y es así que entonces unas frases que comienzan bien, no logran una definitiva articulación, un remate.
En Sólo podría un huracán la acción coral o de ensemble hace notoria la diferencia de preparación de los artistas. Una vez más debo referirme al talento especial del joven bailarín canario Jesús de Vega; también la otra novedad es Mike Winter, técnico y preciso en sus evoluciones de riesgo. La compañía Provisional Danza trabaja con seriedad, y aún sin llegar al producto redondo, hay que tenerles ya en cuenta.
Provisional Danza
Sólo podría un huracán: Coreografía: Carmen Werner; música: Jorge Ramírez y Enrique Eizaguirre; guión y dramaturgia: Fernando Barta; luces: Carlos Marquerie. Teatro Pradillo. 22 de junio.