"Estamos contentos, pero queremos verle"
Las familias del capitán José Antonio Romero Huelin y del comandante Manuel Cortés Méndez rebosaban ayer de alegría, pero también de recelo. No quieren, coincidían ambas, que pase como el viernes pasado, cuando les dijeron que podían estar entre el contingente de cascos azules liberados "y luego la desilusión fue terrible". En esta ocasión, las dos familias han recibido sendas llamadas de la Embajada de España en Belgrado que les han confirmado que tanto el capitán como el comandante están en las listas de liberados. "Pero lo que nosotros queremos es tocarle, hablar con él y, aunque estamos dando botes de contento, estamos a la espera", explicaba ayer un familiar de Romero.El agregado comercial de la embajada, que había telefoneado cada día a ambas casas, les dio la buena noticia al mediodía. A media tarde, el Ministerio de Defensa les dio seguridades "al 99%" de que estaban libres.
La esposa de Cortés, Rosario Sierra, y sus tres hijos habían podido contactar por teléfono con el retenido hace unos días. Incluso le mandaron una carta por fax vía Belgrado. "Todo es muy confuso. Durante 12 días ha sido así y estamos deseando que se aclare y que sea para bien", decía Juan Pedro Cortés, hermano del comandante.
"Rosario está ahora contenta, recelosa y endiente del teléfoo", aseguraba el hermano de Cortés, cuyo padre también es miliar. "No sabemos si le van a repatriar, por que todo es confuso y o que queremos es que él nos llame y nos diga que está libre y bien", explicaba. Aún no saben dónde están sus familiares ni hacia dónde. van. "Llegarán a Belgrado en autobús, pero no sabemos cuándo".
En la casa sevillana del capitán Romero, a situación era la misma. "Estamos locos de contento, pero Elena [la esposa del retenido] hasta que no le vea o ne le toque no se va a creer", explica madre de Elena. "Es la segunda vez que nos dicen que está liberado. Esta vez es mucho más serio, pero seguimos nerviosos y expectantes. No obstante, imagínese lo contentos que estamos, porque nos han dicho en la embajada que están libres".
En Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), el padre del capitán se mostraba desconfiado. "Ya nos dijeron que había sido liberado el viernes y luego el palo fue peor", confesaba Antonio Romero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- IFOR
- SFOR
- Cascos azules
- Ejército español
- Política defensa
- OTAN
- Misiones internacionales
- Mediación internacional
- Bosnia Herzegovina
- Guerra Bosnia
- Política exterior
- Contactos oficiales
- Fuerzas internacionales
- ONU
- Fuerzas armadas
- Guerra
- Acuerdos internacionales
- Relaciones internacionales
- Proceso paz
- Organizaciones internacionales
- Conflictos
- España
- Relaciones exteriores
- Defensa