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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Motivos para romper

HA DICH Pujol que si hay ruptura no será por los resultados del 28-M, sino por problemas en la colaboración con el Gobierno central. Pero es evidente que esos resultados están condicionando ya la relación. El presidente catalán, que siempre ha intentado asociar a su gestión el valor de la estabilidad, ha defendido la conveniencia de agotar las legislaturas. Pero ahora duda de si no sería mejor adelantarse a una posible disolución anticipada por parte de González. Teme que una excesiva proximidad, entre las elecciones catalanas y unas legislativas adelantadas contamine a las primeras con la dinámica de polarización -PSOE-PP. Los populares obtienen en las legislativas entre el doble y el triple de votos que en las autonómicas y el PSC-PSOE ha vencido a CiU en Cataluña en todas las generales, al revés que en las autonómicas.Una interpretación de los resultados del 28-M es que el castigo que en otras comunidades ha ido íntegro al PSOE, en Cataluña lo ha compartido también CiU. El nacionalismo moderado observa cómo el bipartidismo tradicional entre socialistas y convergentes se ha complicado ahora por el ascenso del nacionalismo radical de Esquerra, por una parte, y el del PP, por otra: dos competidores directos de CiU por ambos flancos. A ello se añade la extensión territorial y una ligera subida de Iniciativa: un aliado potencial de los socialistas para completar mayorías en muchos municipios, en ocasiones en perjuicio de los candidatos de CiU. Desde ese punto de vista, se comprenden las presiones de sectores de su coalición para que Pujol pase la página.

Pero se comprenden también las dudas del presidente catalán para tomar una decisión que, si resultase precipitada, podría facilitar la mayoría absoluta del PP: una hipótesis siempre temida por el nacionalismo. Por ello, no se puede descartar que Pujol prolongue su apoyo a los socialistas hasta 1997, a la espera de una eventual recuperación de éstos; pero no es seguro que a los propios socialistas les interese alargar la situación actual.

De ahí algunas iniciativas más o menos desordenadas que se inscriben en la perspectiva de una ruptura próxima, y de toma de posiciones para el día siguiente. Sería el caso de Borrell, rechazando de entrada las pretensiones nacionalistas respecto a la ley de costas y a la ley del cable. Pero sería el caso, sobre todo, de la cuestión de la ampliación de los supuestos del aborto, susceptible de ser utilizada como bandera por los sectores rupturistas de ambas partes. Por los del PSOE, garantizándose que si CiU rompe quede claro que ha sido por la línea que separa a los progresistas de los conservadores. Simétricamente, el socio democristiano de CiU, Duran Lleida, exhibe la oposición frontal a esa reforma como estandarte rupturista: que el desgarrón se produzca por el lado del componente ideológico aportado por Unió.

Esa doble línea de hechos consumados ha obligado al Gobierno a asumir el compromiso, de aprobar el proyecto de ley en las próximas semanas, y a Pujol a advertir que, ciertamente, ello "sería un problema": un problema para la coalición que preside y la base social que representa, que no es unánime al respecto. La ley del aborto puede convertirse así en una excelente coartada para la ruptura en el caso de que Pujol llegue a la conclusión de que es la salida que más le conviene.

La ampliación de los supuestos del aborto figuraba en el programa del PSOE, pero, en la medida en que no obtuvo la mayoría, habría sido legítimo excluir por mutuo acuerdo ese punto del programa conjunto PSOE-CiU. Un programa que en realidad es un catálogo de compromisos parlamentarios para 1995 aprobado en el último debate del estado de la nación, que recoge ciertas prioridades sin excluir planteamientos divergentes en las cuestiones no contempladas en la misma. Seguramente lo más lógico habría sido pactar esas divergencias, que en el caso del aborto podrían expresarse simplemente mediante la abstención del grupo catalán. Pero si de lo que se trata es de buscar motivos para la ruptura, puede valer.

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