Juan Benet levanta el telón en París
El pasado 19 de mayo asistí en París, en el teatro de la Casa de la Cultura de Bobigny (una sala off Broadway, muy reputada en la capital francesa) al estreno mundial de Agonia confutans, de Juan Benet.Fue algo verdaderamente inusual, inaudito, emocionante, ver en París cómo dos actores geniales, Roland Bertin (de la Comédie Française) y Yann Colette (se le puede ver en la película Prêt-à-porter), con una dirección inteligentísima de Daniel Zerki, han puesto en pie -¡y cómo!- la obra teatral de nuestro Juan Benet, espléndidamente traducida al francés, como toda la obra de Benet (Editions Minuit), por Claude Murcia.
En calidad de adicta al teatro puedo decir que pocas veces he experimentado tal emoción y estímulo intelectual como los que sentí en Bobigny, aparte del natural orgullo, por sentirme inmersa en la extraordinaria comunicación lograda entre público, actores y director de escena.
El apabullante duelo -el "combate de la refutación", en palabras de Zerki- que es Agonia confutans fue desmenuzado, excavado y gozado por Roland Bertin y Yann Colette en una interpretación memorable. Gracias a ellos, la difícil sinécdoque benetiana se hace transparente fluir de palabras. Roland Bertin decía más tarde que todas las noches van desentrañando con verdadera gula el maravilloso texto de Benet.
Lo abstracto de la obra ha sido resuelto por el director de forma diáfana y bellísima, apoyado en el poder creador de Yann Colette y la maestría de Roland Bertin. Los tres consiguen lo más difícil; esto es, que la ironía descarnada de Benet aflore de forma casi musical en un largo sostenido. Hasta el 4 de junio, los que vayan a París, que se acerquen al MC-93 Bobigny.
Pero la razón de esta carta es que los organizadores del próximo Festival de Otoño de Madrid inviten a los dos actores y al director Zerki para que representen Agonia confutans y los madrileños disfruten tanto como los parisienses. No importa que la obra se vea y escuche en francés. Además sería una penitencia impuesta por Juan Benet, ya que, desde que la escribió, en 1966, nunca la vio ni la verá en un escenario.-
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