El tripartito no cubre sus objetivos

La alianza de los tres partidos, PNV, PSE-EE y EA, que componen el Ejecutivo vasco de coalición cubrió el domingo la mayor parte de sus objetivos pero embarrancó seriamente en el Ayuntamiento de Bilbao y, en menor medida, en las Juntas Generales de Álava y en la capital, Vitoria. Mientras en Vitoria y en las Juntas alavesas, el tripartito dispone de una mayoría que puede resultar suficiente dada la disparidad del abanico alternativo, en el caso de Bilbao el espectacular regreso a escena del ex alcalde peneuvista José María Gorordo, hoy independiente, complica seriamente la gobernabilidad de ese ayuntamiento y obligará a formalizar un nuevo pacto municipal.Como fuerza más votada dentro y fuera del tripartito, el PNV consigue las presidencias de las tres diputaciones, la alcaldía de Vitoria y, a expensas de ese pacto municipal, también la de Bilbao donde el PP se le sitúa en segundo lugar a sólo 10.000 votos y Gorordo obtiene cinco concejales. Pese a que el PP reedita su condición de partido más votado en San Sebastián, el tripartito garantiza la alcaldía donostiarra al socialista Odón Elorza. En el País Vasco, el 28M acreditó además el descenso ininterrumpido del voto global nacionalista y la tendencia a la concentración uniprovincial, concretamente en el ámbito guipuzcoano, de partidos como EA, que no obtiene representación alguna en Vitoria y Bilbao, y HB. Aunque el PNV consolida sus posiciones e incrementa su número de votos por encima de la barrera de los 300.000, puede decirse que el nacionalismo se beneficiamenos del aumento de la participación

Con la pérdida de unos 8.000 votos en la comunidad, HB pierde parte de los sufragios que recuperó en las autonómicas vascas de octubre, reduce su porcentaje de representación al 14,80%, retrocede notablemente en el número de concejales y tiene ante sí un tripartito que le desbancará de la mayoría de las alcaldías de que ahora dispone. Queda situada como cuarta fuerza electoral, por debajo de un PP que escala posiciones. Los socialistas vascos resisten mucho mejor de lo que se había supuesto y su descenso respecto a las autonómicas de octubre es mínimo.