El marqués y el colombiano
"Nuestro éxito es que siempre hay tres o cuatro ejemplares que valen", dice Gonzalo Domecq, el ganadero de esta tarde
MORA, En San Isidro, una de las cosas seguras es que la corrida del Marqués de Domecq la van a matar César Rincón y dos más. El torero colombiano y esta ganadería jerezana mantienen un largo y triunfal idilio. En los dos últimos grandes premios obtenidos por este hierro en las ferias de San Isidro en 1992 y de San Fermín en 1993, mucho tuvo que ver la lidia que Rincón dio a las reses. Por eso Gonzalo Domecq, representante de la ganadería, está encantado de que nuevamente toros y torero coincidan en Las Ventas.
De las ocho ganaderías con el hierro de Domecq, sólo hay una que viene a la feria, la del Marqués de Domecq, cuyo encaste se conserva puro desde hace 44 años. Por eso, se parece poco a las demás, aunque el origen sea prácticamente el mismo. "Lo que se necesita es tener muy claro a dónde quieres llegar. Yo tengo prácticamente todas las cartas de la baraja y juego las que me interesan", afirma Gonzalo Dornecq.El resultado es que siempre tiene a mano una corrida para lidiar completa en Madrid. Este año ha elegido entre una decena de toros, que dice que no son muchos porque la camada tampoco ha sido amplia, como lo demuestra el que aPamplona, donde también se exige un toro grande, no pueda acudir. "Que un toro esté preparado y apto para lidiar al cumplir los cuatro años es complicado", cuenta el ganadero. "Primero tiene que dar la talla exigida, luego no sufrir alguno de los múltiples percances a que está expuesto y después tener suerte, porque puede suceder al final que los toros de más trapío no te engorden".
Domecq ha preparado para esta tarde una corrida con toros que "tengan 30 pases, que se entreguen en la muleta y que no se caigan". Eso, por supuesto, sería lo ideal. Pero tampoco lo descarta: "Nuestro éxito es que siempre hay tres o cuatro toros que valen".
En la finca Martelilla, cercade Jerez de la Frontera, pastan las 400 vacas y los 24 sementales que forman la base de la ganadería. La apuesta es criar un toro con trapío para plazas de primera categoría. "Todos los datos están informatizados y vamos sacrificando caracteres hasta dar con el toro que nos gusta. Y aún así es difícil acertar".
Pero así han logrado una ganadería de objetivos muy claros y ambiciosos: "Esta corrida para Madrid, esta para Valencia, este toro para Rincón...", porque bien sabe que no todos los matadores sirven para lidiar el producto final. "A Jesulín le salió un magnífico ejemplar hace dos años en San Isidro y lo que hizo fue ahogarle la embestida".
Babelia
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