Cohabitación o rodillo
Ninguna elección es igual a otra, aunque los candidatos se repitan y los programas sean cada vez más idénticos. El escaparate político madrileño se juega mañana muchas cosas nuevas. Detalles con importancia. El último mandato municipal y la recién acabada legislatura autonómica nos han ilustrado sobre la convivencia de dos maneras distintas de administrar las instituciones más importantes de la región. La primera cohabitación entre PP (Ayuntamiento) y PSOE (Comunidad) ha culminado, por tanto, con la siembra de muchos problemas. Se han discutido ideas y se han torpedeado proyectos. Y han ejercido un contrapeso que peligra.El PP se ha colocado ahora, por primera vez, como el partido favorito de los electores, en las encuestas, para gobernar ambas instituciones. El PSOE ya disfrutó de ese privilegio en varios comicios, aunque con una capacidad de maniobra atemperada por la influencia entonces del PCE. Papel que persigue en estos momentos IU. Pero si se confirman los pronósticos, los populares no tendrán freno. El candidato a alcalde del PP, José María Álvarez del Manzano, ejercerá otros cuatro años una hegemonía criticada ya estos cuatro pasados por su falta de tono. La oposición municipal que podrían plantearle PSOE e IU es conocida por su inhibición. Y en la Comunidad, si todos esos sondeos aciertan, ya no habrá barrera para Alberto Ruiz Gallardón.
El duelo regional sí es de órdago. La promesa estatal del PP más renombrada y mimada frente al más Pepito Grillo de los renovadores socialistas. Cualquiera de los dos que gane en este su tercer enfrentamiento estará llamado a escalar -a corto o medio plazo- otros peldaños en sus partidos. Dentro de ocho años, el tope que algunos dirigentes del PP se marcan para mandar sobre un mismo cargo, Ruiz Gallardón tendrá apenas 45 años y habrá perdido la virginidad que le achacan los que nunca le han visto gobernar. Si Joaquín Leguina se sostiene, habrá que ver si se atreve por fin a dejar su despacho de la Puerta del Sol a media legislatura para agarrar algún ministerio claramente político o se limita a enriquecer el debate renacido en el PSOE por la complicada sucesión de Felipe González. La función de IU está por descubrir, como el crucigrama compuesto para su líder, Ángel Pérez.
Aunque un total de 30 opciones políticas se presentan oficialmente a los dos exámenes convocados para mañana (municipales y autonómicos), sólo tres formaciones (PP, PSOE e IU) manejan vaticinios reales como para optar a alguna parcela de poder. Un poder que no es de, su competencia. Serán los 14.081.929 electores madrileños -2.489.048 en la capital- los que ejercerán su derecho a marcar el camino del rodillo o la cohabitación.
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