Benedetti recoge 50 años de crítica literaria en "El ejercicio del criterio"

El escritor uruguayo Mario Benedetti, de 74 años, ha tratado de recoger medio siglo de crítica literaria en un su último libro, El ejercicio del criterio (Alfaguara) con el que este ensayista, poeta y novelista estará en la próxima Feria del Libro. Benedetti dice que ha cambiado en los últimos años porque "nadie es impermeable a las cosas que han pasado, pero me he mantenido bastante fiel a ciertas cosas, aunque muchas han pasado de moda"

El escritor no lo lamenta: "Las modas pasan, los escombros quedan", dice Benedetti repasando más de quinientas páginas- recién llegadas a su casa madrileña : las del volumen El ejercicio del criterio (Alfaguara), que recoge una amplia selección de su obra crítica desde hace casi cincuenta años. Un libro éste, su habitual cita con la Feria del Libro de Madrid, que ayer presentó en la Casa de América junto a su última entrega poética, El olvido está lleno de memoria (Visor), "allá en Buenos Aires", ironiza con cierta tristeza, "piensan que lo escribí después de las recientes confesiones de los militares argentinos; pero el libro salió un mes antes; lo único que demuestra es la verdad del título". -A Benedetti casi le sepultan sus propios libros; a Benedetti, con la estatura justa de los grandes escritores, sus lectores le tapan cuando se agrupan en tomo a él; a Benedeti, autor de hermosos artículos (políticos: es polemista de los que no hacen sangre con el insulto; o literarios, estos que ahora aparecen) y de poemas y de letras de canciones (lo que más se siente es poeta "a la poesía la llevo siempre en la cabeza", confiesa); a Benedetti, tenerse que enfrentar ahora a casi cincuenta años de actividad crítica, tener que recordar lecturas y autores de todo este tiempo, no le ha hecho desdecirse de casi nada, "algunas mínimas correcciones de estilo, algunas repeticiones, poco más", y además ha tenido mucho cuidado en que apareciera la fecha, "pues así queda claro qué es lo que yo pensaba entonces de ese autor".

El criterio de selección que ha seguido es el de calidad, aunque respetándose en alguna ocasión, amparándose en la fecha en la que se escribió tal o cual texto, que "hoy tal vez no escribiría así, pero, bueno, entonces así pensaba y así aparece". Y con su fecha, 1967, aparece el único artículo (Vargas Llosa y su fértil escándalo) que le dedica al autor hispanoperuano, con quien ha mantenido, en prensa un duro y respetuoso combate dialéctico. "Bueno, entonces, Mario y yo teníamos más afinidades ideológicos y literarias que después, es evidente; también es cierto que allí hablo yo del que yo estimo que es el mejor Vargas Llosa, el de La casa verde y La ciudad y los perros. Después, sus posiciones políticas creo que han perjudica do su calidad literaria, pero, sin duda, es un gran escritor y nuestra polémica es respetuosa".

En su trayectoria vital, difícil, itinerante por los exilios que le tocó vivir, Benedetti en ocasiones tuvo que emplearse de periodista ("como tal hice de todo, desde. deportes a crítica de cíne"), pero, sobre todo, siempre se interesó, primero como lector ("soy. un lector, todavía hoy, obsesionado por leer: leo en la cama, en los aviones, en los ferrocarriles; siempre encuentro un momento"), después como escritor, por. la crítica literaria, tal como se recoge en este volumen, en donde se agrupa, al conjuro de una frase lapidaria de las de José Martí ("Para mí la crítica no ha sido nunca más que el ejercicio del criterio"), algo más de la mitad de lo que ha escrito en este terreno desde 1950 ` "A mí me costó mucho hacerme con el ejercicio de la crítica y nunca escribí para demoler a nadie".

Reflexiones sobre los géneros narrativos, sobre el escritor y la críticas, la acción y la creación literaria; recuerdos y lecturas de los escritores del "primer mundo", aquellos franceses y anglosajones por los que Benedetti estudió idiomas (alemán ya sabía, desde niño; pero francés aprendió para leer a Proust, e inglés, para leer a Faulkner).

Pero, sobre todo, Benedetti ha escrito de su entorno, sobre las Letras de nuestra América ("nuestra', decía Martí para excluir a Estados Unidos"), pues siente que como hombre comprometido con su continente es de allí dé donde tiene que provenir el aceite que engrase su herramienta. Sus libros, su palabra.