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El Gobierno ejecuta la sentencia del 'caso Linaza' con 16 meses de retraso

Un año y cuatro meses después de que el Tribunal Supremo ratificase la sentencia del caso Lina, el sumario abierto por las torturas infligidas n 1981 al padre de un etarra, el Ministerio de Defensa ha procedido a su aplicación. El Boletín Oficial de Defensa publicó el viernes pasado una orden del ministro Julián García Vargas por la que se expulsa de la Guardia Civil al teniente coronel Rafael Masa González y a cinco agentes.

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Además de a Masa, la orden del ministro de Defensa, adelantada ayer por Abc, afecta al brigada Angel Fuentes Romero, a los cabos primeros Julián Pérez Montesinos y Santiago López Rico y a los guardias Miguel Caballero Sánchez y Diego Cerón García.La "pérdida de la condición de militar" y su consiguiente expulsión de la Guardia Civil son una consecuencia automática de la pena de seis años de inhabilitación a la que fueron condenados en noviembre de 1990 por la Audiencia Provincial de Bilbao como culpables de un delito de prevaricación en relación con las torturas que sufrió Tomás Linaza durante su detención en la comandancia de La Salve (Bilbao) en mayo de 1981.

Aunque el Tribunal Supremo ratificó en diciembre de 1993 la condena, que adquirió firmeza el 26 de enero de 1994, la dirección de la Guardia Civil demoré su aplicación y sólo en enero de este año remitió los expedientes de expulsión al Ministerio de Defensa, al que corresponde su aprobación definitiva, dado el carácter militar del instituto, según la ley del Personal Militar de 1989.

La remisión de los expedientes a Defensa coincidió con la presentación de una proposición no de ley del diputado Diego López Garrido, de Izquierda Unida, quien instó al Gobierno al cumplimiento "nmediato" de la sentencia después de que éste reconociera que Masa seguía en activo.

Las relaciones de Masa con la Justicia no se limitan al caso Linaza. El ahora ex teniente coronel de la Guardia Civil fue implicado por varios testigos en las actividades de los GAL, aunque todos acabaron retractándose de sus declaraciones.

A las órdenes de Álvarez

Entre ellos, un armero de Andorra, Jean Paul Rosell, que le señaló inicialmente corno la persona que le compró diez pistolas alemanas que fueron utilizadas por mercenarios del GAL en atentados contra etarras cometidos en el País Vasco francés. Por su parte, el hijo de Luis Morcillo Pinillos, huido de España tras ser acusado del asesinato del dirigente de Herri Batasuna Santiago Brouard, en noviembre de 1984, manifestó que fue Masa, amigo íntimo de su padre, quien instigó y facilitó su fuga.

Ese mismo año, Masa ascendió desde el servicio de información de la Guardia Civil en Bilbao al Gabinete de Información de la Seguridad del Estado en Madrid, donde estuvo hasta 1986 a las órdenes del comisario Francisco Álvarez y de Julián Sancristóbal, ambos procesados por el juez Garzón en el sumario del GAL.

Tras su condena por la Audiencia bilbaína, Masa fue enviado a Bolivia como enlace del Ministerio del Interior español ante las autoridades de dicho país suramericano.

La expulsión de los implicados en el caso Linaza se produce pocos días después de que el Gobierno indultase a los guardias civiles Manuel Barroso y José Domínguez Tuda, condenados por torturar a Joaquín Olano en 1983.

Fuentes del Ministerio de Justicia e Interior advirtieron, a raíz de este indulto, que se trataba de la última vez que se concedía la medida de gracia en casos de malos tratos.

Además de los seis expulsados ahora, la Audiencia de Bilbao condenó al teniente coronel José Martín Llevot, por falsedad de documento oficial y denegación de auxilio a la justicia, a seis años de prisión, y al sargento Alfredo Serrano Pastor y al guardia Lucio de Sosa Robledo, a siete meses de arresto mayor, como autores materiales de las torturas.

El teniente coronel Martín Llevot fue indultado el pasado mes de junio por el Consejo de Ministros de la pena de prisión, por lo que pudo abandonar el centro penitenciario de Can Brians (Barcelona), donde llevaba cuatro meses cumpliendo condena en régimen abierto. El sargento Serrano no llegó a pisar la cárcel.

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