Mujeres para cambiar San Sebastián
Un microbús, un megáfono, una mesa, folletos y carteles, únicas armas de un colectivo femenino que aspira a entrar en el Ayuntamiento donostiarra
SebastiánDoscientas mujeres -feministas, integrantes de asociaciones de madres separadas, de colectivos que aglutinan a viudos y viudas- y un buen número de hombres anónimos respaldan la única candidatura municipal formada sólo por mujeres que aspira a participar en el Gobierno de una capital española. Sin créditos -por aquello de no adentrarse en terrenos pantanosos-, sin más ayuda que la que les brindan la Asamblea de Mujeres de Guipúzcoa y Vizcaya y las 1.000 pesetas de aportación mensual de las socias, la plataforma Plazandreok (mujeres para la actividad política) pugna por abrirse camino hacia el Ayuntamiento de San Sebastián provista de un microbús, un megáfono, una mesa, folletos y carteles, un gran termo de café y, claro está, grandes dosis de entusiasmo.
La idea surgió hace dos años en el seno mismo del Grupo Feminista Independiente de San Sebastián. Después de tantos debates constatando la discriminación institucional, analizando cómo la falta de presencia en las estructuras de poder hacen inconsistentes muchos de los avances conseguidos a lo largo de estas décadas de revolución de la mujer, las feministas donostiarras decidieron dar el salto en nombre de la coherencia y promover una alternativa al Ayuntamiento de su ciudad. En el camino han ido sumando la adhesión de otros colectivos de mujeres, incorporando la participación de pequeños grupos y encontrando el respaldo individual de no pocos hombres, que se mantienen en un pudoroso segundo plano para que no pueda desvirtuarse el protagonismo netamente femenino, de Plazandreok.
Con todo, a la vista de su evidente inferioridad de recursos, podría pensarse que la candida tura donostiarra de mujeres corre el riesgo de ser engullida en la dinámica que imponen las pode
rosas máquinas electorales de los partidos. A su favor cuentan con
el desánimo que muchas mujeres
y hombres, preferentemente de izquierdas, muestran hacia las
opciones convencionales, con la
aparente orfandad de buena parte del electorado de la antigua
Euskadiko Ezkerra, con la novedad misma que representa una
candidatura tan atípica y con la
ilusión que ha despertado en los
colectivos comprometidos con la
defensa de la mujer. De hecho,
ante la imposibilidad de votar a
Plazandreok, grupos de mujeres
de Vizcaya, Álava y Navarra
buscan estos días votantes donostiarras entre sus conocidos
para hacerles una propuesta su
mamente curiosa: "Yo voto en
mi municipio al candidato del,
partido que tú quieras y tú votas
por mí a Plazandreok en San Sebastián".
La plataforma donostiarra de mujeres no se reclama feminista en la medida de que parte de sus integrantes no se identifica con ese movimiento, ni tampoco se define bajo los parámetros nacionalistas y no nacionalistas, izquierdas o derechas. "La experiencia histórica", dicen, "demuestra que ni la derecha ni la izquierda han resuelto el problema de la mujer y, por otra parte, pensamos que la asignación a la mujer de la doble jornada, como trabajadora y ama de casa, y los malos tratos provienen tanto de hombres de derechas como de izquierdas, indistintamente. Sus candidatas, vascohablantes, licenciadas o diplomadas en su práctica totalidad, tienen una edad media de 40 años y entre ellas figuran profesionales liberales, asalariadas, estudiantes, paradas y jubiladas. En la reseña facilitada a los medios se subraya que "todas" ellas son amas de casa. Dentro de la campaña se han propuesto sustituir testimonialmente los nombres de medio centenar de calles de la ciudad como anticipo de lo que piensan hacer desde la corporación municipal. Caen los generales, los prohombres y benefactores dudosos, y aparece la calle del Ama de Casa, la calle de las Trabajadoras de la Tabacalera, la calle de las Enfermeras, nombres de mujeres que no encontraron el merecido reconocimiento público a su labor junto a mujeres ilustres dedicadas a la política, a la literatura, a la filosofia, a la investigación.
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