Rechazados cuatro toros de Valdefresno en el reconocimiento veterinario de ayer

E. M.El equipo veterinario rechazó ayer, en el reconocimiento previo, cuatro de los seis toros que el ganadero Nicolás Fraile, propietario de la divisa de Valdefresno anunciada para hoy, había traído para que se lidiasen esta tarde. La causa del rechazo fue el escaso trapío de los mismos, fundamentado más en las cabezas de los toros que en su peso.Fraile, que quiere lidiar la corrida completa, ordenó ayer que trajesen más desde la finca salmantina en la que pastan con el fin de que no haya que remendarla con toros de otra divisa. Estaba previsto que llegasen en la pasada madrugada, y esta mañana serán reconocidos por los veterinarios. En este festejo inicia su feria Emilio Muñoz, quien adorna su historial con una amplia colección de puertas grandes, pero le falta la de Las Ventas, y eso le parece casi imperdonable y, desde luego, imprescindible: "La verdad es que para ser figura hay que salir a hombros en Madrid, por tanto yo no lo soy aún ni me lo consideraré hasta que sea capaz de lograr un triunfo fuerte en Las Ventas". El trianero, que habla con su sinceridad habitual, tiene hoy la primera de sus dos oportunidades en esta feria: "A ver si hay suerte, porque el tema ya empieza a obsesionarme".

Una obsesión que se encuentra capaz de cumplir en cualquier momento, y sobre la que también bromea: "Hombre, eso es lo que respondo ahora, y hasta me lo creo, pero luego cuando llega la hora de la verdad me entran los nervios y es que me pongo enférmo". Añade después que no lo dice en sentido figurado, y recuerda que en la última feria de Otoño, en septiembre de 1994, sí que salió enfermo y con fiebre a torear: "No sé si lo estaba de antes o es que me puse sólo de pensar que tenía que torear aquí".

Y es que a Muñoz, poco amigo de los rodeos, no le importa admitir que nunca ha dado la talla en esta plaza: "Para qué nos vamos a andar por las ramas, Madrid me puede". Por eso no quiere culpar a la afición venteña de esta cuestión, pese a que dice que a veces han tenido poca paciencia con él: "Yo, que soy un tío muy sensible, necesito- centrarme poco a poco con el » toro para después ya torearle como me gusta. Y en cuanto oigo los primeros síntomas. de desconfianza me vengo abajo".

Después recobra el sentido del humor y añade que la culpa es suya y no de los espectadores,"porque aunque me gustaría que tuvieran un poquito más de paciencia, entiendo que digan: ya está aquí el pesao este pegando el mitin como todos los, años". Y eso que estima que su estilo artístico sintoniza con los gustos de la afición madrileña: "Eso es lo que más me molesta, que estando en sintonía, pase el tiempo y no les dé una satisfacción".