Los 'hombres punta'
Los goleadores juegan en el área, esa zona de juego cruzado a la que los reporteros de guerra llamarían "territorio comanche", el lugar de las bombas y la metralla. El ansia y la angustia se clavan en el gesto de los llamados hombres punta, y el rostro de Esnaider, jugador del Zaragoza, describe perfectamente en los primeros planos televisivos el estado de tensión y nervios provocado por la línea de fuego. Alguno se convirtió en uno de esos héroes cansados que protagonizan el último libro de Arturo Pérez Reverte, y marcharon a lugares más templados del campo. Perdieron la magia -Butragueño- y terminaron en el banquillo de los suplentes, en el olvido.Los goleadores de esta temporada en Segunda División son: Puche II, del Palamós; Salillas, del Lleida; Milojevic, del Mallorca; Barbará, del Salamanca, y Pozo, del Badajoz. Estos delanteros se dedican a abrir espacios y tienen cada partido durante escaso tiempo el balón en su poder, aunque están provistos de un toque mortal. El día que no marcan nadie se acuerda de ellos. Sólo son buenos cuando hacen gol. Se desenvuelven, pues, entre la gloria y el infierno.
Los goleadores resultan decisivos en un tramo final de la Liga, como el actual. Ascenso y descenso están para muchos en juego. El Villarreal empató el sábado en su visita al Orense, y vio alejarse las posibilidades de alcanzar la promoción. Pero el equipo levantino, un modesto con muchos ex valencianistas en sus filas -García Pitarch, Cámarasa- ha realizado una campaña interesante. Está entrenado por Fidel Uriarte, inolvidable interior izquierdo del Athletic de Bilbao, un jugador efectivo en el regate en corto que formó línea con Chechu Rojo.
El Getafe cae al precipicio tras su empate frente al Extremadura. Es el segundo equipo madrileño, junto al Leganés, camino de Segunda División B. Los extremeños respiran tras su empate en el campo de Las Margaritas en medio de su crisis interna: la directiva ha separado del equipo a los jugadores Arias y Quini.
Y Guilherme, el goleador brasileño, catapultó ayer al Rayo con su tanto a Primera División. Los vallecanos se convierten así en equipo ascensor, como en su día lo fue el Deportivo de La Coruña. Una temporada baja y, a la siguiente, sube. Esas aficiones se debaten permanentemente entre el duelo y la fiesta.
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