SE METE A MONJA, COMO SU MADRE
La investigación Manos Limpias ha hecho estragos en Italia, y no todos exclusivamente por la vía de los jueces de Milán. Idina Ferruzzi, viuda de Raúl Gardini -uno de los suicidas de Tangentópolis, y que se relacionó con España, entre otras cosas, por haber comprado la empresa Antibióticos a Mario Conde-, ha decidido meterse monja. Idina, perteneciente a una de las mejores familias del mundo económico reciente, desde que su padre, Serafino, pusiera en pie uno de los tinglados que más creció y se ramificó en Italia en la segunda mitad de este siglo, tomó una resolución a lo hija de Don Juan Alba: meterse monja. Después de que toda la familia se hubiera lanzado sobre la empresa como perros de presa, ella, tras la muerte del marido, hace casi tres años, se hizo novicia en las terciarias laicas de las carmelitas. Ahora se convertirá en profesa solemne, siguiendo los pasos que dio su madre, Elisa, cuando se estrelló con un avión el viejo Serafino. La ceremonia tendrá lugar a mediados de junio en Rávena, sede del ex imperio familiar, y su preparador espiritual, el pa- dre Augusto Tollon, ha dicho que el marco incomparable podría ser el monasterio de San Esteban Protomártir, donde la aún novicia se ha refugiado en numerosas ocasiones buscando la paz y huyendo de las grescas de una familia a lo Dallas. Los terciarios atraen a diversos personajes de la vida pública. En este esquema de mitad monje mitad soldado está, como terciario franciscano, el presidente de la República, Óscar Luigi Scalfaro.
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