El Papa dice en Praga que 40 años de comunismo no es nada frente a 1.000 de cristianismo
, Juan Pablo II llegó ayer con ganas a la República Checa. "Vuelvo a mi casa", confió, pensando que el lunes estará en Polonia, a los periodistas que le acompañaban en el avión desde Roma. "Finalmente se ha demostrado que 40 años de comunismo no son nada comparados con 1.000 años de cristianismo", dijo también el Papa. Pero la acogida que Praga dispensó al Pontífice no estuvo a la altura de lo esperado. Juan Pablo II se esforzó en sus primeros discursos por apaciguar a los protestantes, que critican el sentido de esta visita.
Pavel Smetana, cabeza de la Iglesia Evangélica Checa y presidente del Consejo Ecuménico de las Iglesias checas, se negó a participar ayer en el encuentro celebrado por el Papa con los representantes de otras confesiones religiosas, en el que sí estuvieron presentes tres representantes de la Iglesia husita. Unos sesenta seguidores de esa secta se manifestaron, sin embargo, vestidos con trajes de época, en la plaza de la catedral de Praga, siempre atestada de turistas.El propio Vaclav Havel, presidente de la República Checa, destacó el "lugar prominente en la historia cultural" de Jan Hus, el clérigo ajusticiado como hereje en 1415 por la Iglesia católica. "Su Santidad ha tenido palabras de aprecio
[para Hus], animando así los esfuerzos de los católicos checos por desarrollar una actitud nueva y de mayor simpatía hacia la personalidad de Hus y su legado", añadió Havel.
El presidente checho debió referirse al viaje que Juan Pablo II hizo en 1990 a Praga, cuando todavía era la capital de Checoslovaquia, porque, en su primera visita a la República Checa, el Papa no mencionó ayer a esa figura independentista.
Pero Juan Pablo II sí lanzó ayer mensajes apaciguadores hacia el conjunto de las iglesias protestantes, con varios de cuyos líderes se reunió por la tarde en la Nunciatura. "Vengo como peregrino de paz y de amor. Las vivencias dolorosas de los siglos pasados deben ayudar a instaurar una nueva mentalidad y nuevas relaciones", dijo por la mañana en el aeropuerto.
Luego, durante el acto litúrgico que presidió por la tarde en el estadio Strahov, contruido por el régimen comunista para alojar los actos de masas, el Papa destacó que "la unidad plena y visible" de los cristianos es uno de los grandes objetivos del año 2000. También destacó un sentido ecuménico en la figura de Jan Sarkander, silesio martirizado por los protestantes bohemios, cuya canonización, que será realizada hoy, ha elevado las tensiones en tomo a esta visita.
Más que por la historia, la menor afluencia de público que en 1990 registrada ayer, tanto en las calles medio vacías como en el estadio que apenas registró un tercio de entrada, se explica a partir de otros factores, como el enfriamiento de la euforia por la caída del comunismo y la separación de Eslovaquia, en 1993, que era la gran reserva católica.
Casi el 60% de los checos se declaran ateos. Los católicos, que son la mayoría religiosa del país, representan un 38% según fuentes. vaticanas, pero sólo un 20% según dijo ayer Havel. Según un sondeo difundido por la radio checa, un 50% de los praguenses se declaran indiferentes a la visita del Papa y un 40% contrarios, debido a los gastos que comporta.
En esas condiciones, el Papa -que parecía con buena salud, caminó sin bastón y prometió una nueva visita a la ciudad para 1997- no podía esperar una acogida como la que tendrán Faith no more (No más fe), Joe Cocker y otros artistas del rock anuncidos en el mismo estadio para la próximas semanas.
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