La Iglesia nacional checa critica la visita a Praga de Juan Pablo II

La Iglesia husita, la Iglesia nacional checa, está criticando ásperamente la visita a la República Checa que el papa Juan Pablo II inicia hoy en Praga, porque su objetivo fundamental es la canonización de Jan Sarkander, un sacerdote católico martirizado por los protestantes en el siglo XVII en el contexto de una guerra religiosa. Los husitas, secta muy minoritaria, pero relevante porque desciende de Jan Hus, monje herético del siglo XV y héroe independentista, proyectan boicotear el acto ecuménico programado para esta tarde.Probablemente, el acto ecuménico contará, sin embargo, con la participación de otros representantes luteranos en un país donde los protestantes son minoría: frente al 56,7% de la población que se declara atea o indiferente y un 38,6% de católicos, los protestantes apenas suman el 5% del censo, incluidos los husitas.

El auge de la Iglesia católica en Moravia y Bohemia, que históricamente se debió al imperio austríaco, conoce un nuevo impulso en estos días y con este Papa eslavo al que en toda la zona se le atribuye un papel decisivo en la caída del comunismo. No obstante, Roma cree que este cambio político no ha traído un cambio de costumbres adecuado a la moral católica. Por ello, es probable que el Papa denuncie el consumismo y materialismo como secuelas del capitalismo, según suele hacer en el Este.

Recuperación de bienes

Las relaciones entre el Vaticano y la nueva República Checa han encontrado también alguna dificultad por el problema de la devolución de los ingentes bienes que la Iglesia llegó a adquirir en tiempos de la monarquía Habsburgo. Ni el presidente, Václav Havel, ni el primer ministro, Václav Haus, consideran posible que la Iglesia recupere cuanto le fue expropiado en 1918. El Vaticano es consciente de que el tema es delicado, ya que puede llegar a ser impopular, y de que los bienes ya recuperados son suficientemente importantes como par no plantear la cuestión ahora.

Es también improbable que el Papa evoque la situación de los 260 sacerdotes y cuatro obispos checos ordenados clandestinamente bajo el comunismo, y que en muchos casos contrajeron matrimonio. Pocos de ellos ha seguido el consejo de que se trasladaran a regiones de rito oriental, en las que se admite el matrimonio del clero. Pero el tiempo la elevada edad de estos clérigo: está - resolviendo poco a poco el problema.

Todo ello sitúa en primer plano al aspecto ecuménico del viaje, que Juan Pablo II, tras ignorar durante semanas las protestas ya citadas, ha subrayado en una carta dirigida al dignatario evangélico Pavel Smetana. En esta carta, tras tomar nota de "las preocupaciones" suscitadas por la beatificación de Sarkander, el Papa asegura que no pretende resucitar viejos odios, sino destacar que "ha llegado el tiempo de perdonar y ser perdonados".