Washington aprecia por primera vez ligeros cambios aperturistas en Cuba

En respuesta a la fuerte presión de la oposición republicana contra el pacto migratorio entre La Habana y Washington, el Gobierno norteamericano notificó ayer que advierte por primera vez algunos cambios modestos hacia la apertura económica en Cuba, aunque puntualizó que no eran todavía suficientes para modificar su política global hacia el régimen de Fidel Castro. El secretario de Estado, Warren Christopher, dijo ante una comisión del Senado que se están produciendo dentro del sistema cubano "ligeros movimientos" que la Administración estadounidense "observa con interés". "Hay ligeros movimientos hacia algunas reformas de libre mercado y en el sector agrícola", indicó. Preguntado sobre si creía que Fidel Castro se estaba haciendo demócrata en la vejez, Christopher contestó: "No, pero están actuando algunas fuerzas que pueden conseguir algunos cambios allí. Espero que lo consigan". El secretario de Estado describió esos cambios copio "cambios internos% en aparente referencia a que no se han producido por una modificación del esquema de poder en La Habana sino por una reconsideración de la política del Gobierno cubano.

Es la primera vez que un funcionario norteamericano de ese nivel reconoce un pequeño intento de cambio en Cuba, lo que refuerza una opinión extendida entre expertos y observadores en el sentido de que el Gobierno de Clinton busca una vía de diálogo con La Habana.

Ayer se dio a conocer un informe encargado por el Pentágono, que asegura que las medidas de liberalización económica introducidas por Fidel Castro en los últimos meses podrían provocar en el futuro una revuelta de la"población y profundas divisiones dentro de las fuerzas armadas. Ello daría lugar, según ese informe, a un éxodo de refugiados sin precedentes y volvería a poner bajo consideración la posibilidad de una intervención militar norteamericana.

Bloqueo económico

Warren Christopher insistió. que los movimientos que se han apreciado hasta ahora no son suficientes para cambiar la política de Washington hacia Cuba, y que continuará el bloqueo económico contra la isla. El secretario de Estado explicó que el acuerdo con La Habana anunciado a principios de este mes para resolver el problema de los refugiados en Guantánamo y poner fin a la emigración ilegal de cubanos hacia Estados Unidos es un paso basado exclusivamente en intereses migratorios.

El vicesecretario de Estado, Peter Tarnoff, había dicho, sin embargo, el jueves en una comisión de la Cámara de Representantes que el Gobierno nortemericano "está decidido a explorar si existen caminos, compatibles con el Acta para la Democracia en Cuba (la ley del embargo), para animar a las fuerzas que en Cuba están trabajando para cambios democráticos". "Eso me suena sospechosamente como dar pasos de aproximación hacia Castro", le contestó Dan Burton, presidente del subcomité de Asuntos Hemisféricos de la Cámara Baja.

En el contexto de aceleración de las iniciativas sobre Cuba, Jeb Bush, hijo del ex presidente George Bush y dirigente republicano de Florida, anunció ayer en Washington la creación del Comité de Transición para Cuba, integrado por 44 políticos, activistas y expertos, cuya misión es "la preparación de la pacífica y democrática transición".

Forman parte de ese comité, respaldado por la Fundación Nacional Cubano Americana, varios senadores, exfuncionanos, como Elliott Abrams y Jeane Kirkpatrick, profesores y dirigentes del exilio cubano, entre ellos Ricardo Bofill, María Elena Cruz-Varela, Carlos Franqui y Norberto Fuentes. Jeb Bush dijo que el comité estudiará las necesidades más urgentes de Cuba en la etapa de transición, pero no apoyará a ninguna figura política en especial. "Mi opinión sobre quién va a ser el próximo presidente electo de Cuba", dijo Bush, "es que es alguien que reside en la isla".