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El FBI detiene en Miami al responsable de la mayor quiebra inmobiliaria de Alemania

El Gobierno alemán se propone solicitar al de Estados Unidos la extradición del empresario alemán Jürgen Schneider, detenido ayer en Miami, junto a su mujer y a uncolaborador, por el FBI norteamericano. Schneider, propietario de un imperio económico en el sector de la construcción, había desaparecido el 6 de abril de 1994 dejando sus empresas en bancarrota y conuna deuda de 7.000 millones de marcos (más de 600.000 millones de pesetas). Las autoridades alemanas presumían desde hace un año que el empresario fugado se había ocultado, en Estados Unidos.

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La detención del rey de la construcción de Alemania se produjo cuando, curiosamente, acudió a retirar dinero de una entidad bancaria en Miami, donde residía bajo falsa identidad desde poco tiempo después de orquestar una cuidada desaparición en Alemania. Junto a él fue detenido un ciudadanode nacionalidad italiana, Luigi Poletti, que le había servido de correo, para trasladar dinero desde Europa a Norteamérica.La mujer del empresario, Claudia Schneider, fue detenida poco tiempo después en el apartamento que la pareja había comprado en la localidad de Hallandale (24 kilómetros al norte de Miami).

El empresario, que aparentemente residía en Florida desde hace más de ocho meses, había modificado muy poco su apariericia física, a pesar del riesgo de ser reconocido por los numerosos jubilados y turistas alemanes en Miami. Únicamente se había dejado crecer un pequeño bigote y abandonado el tupé con que cubría su alopecia durante la época de magnate.

[Schneider se declaró inocente ante un juez federal que anoche les negó la libertad bajo fianza a él y a su esposa a la espera de la audiencia para extraditarles, informa Reuter. Los dos detenidos, esposados y con uniforme carcelario, se negaron a declarar hasta que sus abogados lleguen desde Ginebra.]

El Deutsche Bank, principal acreedor de Schneider con 1.200 millones de marcos (más de 100.000 millones de pesetas) en créditos impagados, se ha mostrado satisfecho por la detención del empresario. También los numerosos acreedores menores han expresado su esperanza de poder recuperar parte del dinero que les era debido por las empresas en bancarrota.

La policía alemana suponía desde hace meses que Schneider se encontraba en Norteamérica. El empresario había remitido una grabación, hace unas semanas, a la cadena de la televisión pública ZDF culpando al Deutsche Bank de la crisis de sus empresas, pero en el envío no se identificó el lugar donde se encontraba.

La localización del lugar sólo fue posible el jueves d e la semana pasada, según un portavoz de la policía alemana. Las autoridades han confirmado que, tras su desaparición, Schneider se escondió primero en Ginebra y luego se desplazó a Washington, para. trasladarse por último a Florida.

La principal pista para la detención del empresario la proporcionó la identificación del italiano que actuaba como correo para trasladar a Norteamérica lo que Sclincider había podido defraudar antes de la quiebra de sus empresas. En el último de los viajes, el correo fue perseguido por agentes de la policía alemana, que colaboraron estrechamente con los estadounidenses en la captura del empresario huido.

Según la policía alemana, Jürgen Schneider residía en Florida en un barrio de clase media. Su apartamento ha sido valorado en 200.000 dólares (algo más de 20 millones de pesetas), muy barato para el lujo que le había rodeado durante su etapa de voraz empresario.

La fiscalía de Ginebra, que ha colaborado con la investigación del caso del constructor y sobre todo para la intervención del patrimonio que éste había defraudado, ha manifestado que 230 millones de marcos (unos 20.000 millones de pesetas) que han sido inmovilizados en una cuenta en Suiza serán transferidos a Alemania en los próximos meses. El dinero podría ser utilizado para compensar a los acreedores menores afectados por la quiebra del imperio inmobiliario.

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