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SOS, animal en peligro

Siete bomberos y dos policías se movilizan para rescatar a una paloma atrapada en una ventana

Antonio Jiménez Barca

A todo trapo y con la sirena en marcha, el pasado martes, a eso de las ocho de la tarde, un coche de bomberos dotado de escala atravesaba el distrito de Latina en dirección a Sol. El destino una ventana de un segundo piso perteneciente a la parte trasera de Galerías Preciados, en la calle de Mesoneros Romanos, distrito Centro. Allí, según el aviso urgen te de un vecino, una paloma calle jera se había quedado engancha da en una rejilla y aleteaba inútil mente sin posibilidad de salir. En Mesoneros Romanos aguardaban al coche una patrulla de la Policía Municipal y otra dotación de bomberos, que había acudido previamente al lugar y verificado en un santiamén que era necesaria una escala si allí se quería solucionar el problema.

Tras una meteórica reunión entre los encargados de rescatar al animal (siete bomberos y dos poli cías municipales) se empezó a des plegar la escala. Alrededor, los curiosos que se congregaban a fin de presenciar la espectacular operación ofrecían distintas combinaciones del mismo diálogo:

-¿,Qué pasa, oiga?

-Que se ha quedado enganchada una paloma.

-¿Qué?

-Es para una paloma que está allí, en la ventana.

La frase número cinco ofrecía, más o menos, las siguientes variantes: "Hay que ver"; "qué bien"; "qué tontería" o "qué mogollón para una paloma".

Los dueños de los comercios cercanos salieron a la puerta de sus tiendas para ver el espectáculo; allí se encontraban con los clientes, igualmente hipnotizados con el despliegue. Aficionados a la fotografía o al reportaje en vídeo callejero bajaron de sus casas con aparatos dispuestos a filmar o retratar el rescate. Todos seguían atentamente los movimientos de los dos bomberos que ya trepaan, con cuidado, por la escala. Por fin llegaron al segundo piso de la arte trasera del gran almacén. La rejilla de la minuto, pero, con delicadeza, uno de los bomberos agarró el cuerpecillo asustado de la paloma como quien agarra a la princesa de los cuentos y los tres comenzaron a descender.

En cuanto tocaron el suelo, los aficionados al reportaje gráfico rodearon a la protagonista y la frieron a fotografías. El público, compuesto ya por unas cien personas, ofreció a- la pareja de salvadores una cerrada ovación, no sin cierta ironía. Uno de los asistentes, socarrón, comentó al de al lado, meneando la cabeza: "Lo que hay que hacer en período electoral para ganar votos".

El hecho no es tan inusual. Los bomberos y la policía, según cuentan, cada vez reciben más llamadas de vecinos sobre animales en peligro.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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