Probable acuerdo en Italia contra los referendos de la televisión

De repente, todo parece cambiar. Un principio de acuerdo sobre la reforma del sistema televisivo abre la vía hacia la suspensión de los referendos del 11 de junio. En la izquierda y en la derecha se habla de la posibilidad de aplazar las elecciones generales hasta 1996 y de negociar, entretanto, nuevas reglas de reparto del poder entre la mayoría y oposición resultantes del nuevo sistema electoral mayoritario. Si estas novedades se confirman, la estrategia de la derecha habrá sufrido un vuelco completo.Silvio Berlusconi, gran protagonista de la política a cara de perro que ha mantenido a Italia crispada durante los últimos meses, sostiene que no pasa nada y que los referendos se harán.

Sin embargo, Berlusconi se sitúa cada vez más en un segundo plano de la actualidad, mientras que, en la boca del escenario, sus aliados exponen puntos de vista más moderados que los suyos

Gianfranco Fini, por ejemplo, el líder de Alianza Naciona(AN), admite explícitamente una negociación sobre las reglas a la que Berlusconi se muestra muy reacio.

Pierferdinando Casini, el líder del Centro Cristiano Democrático (CCD), es tan partidario de aplazar las elecciones italianas hasta la primavera de 1996, como de evitar la prueba de los referendos.

El resultado de la consulta sobre las televisiones sigue siendo incierto, según los sondeos, algo más desfavorables para la izquierda, partidaria de que ningún empresario pueda tener más de una televisión, que para Berlusconi

El voto magnificará de nuevo la dialéctica entre vencedores y vencidos, contenida por el triunfo de la izquierda en las últimas elecciones locales.

Riesgo para Beriusconi

El riesgo, mayor para Berlusconi, que se juega sus empresas, además de su futuro político, explica la tendencia a negociar y a devolver al Parlamento una función legislativa sustituida últimamente con frecuencia por los referendos.

La solución de principio, que supondría abrir un periodo transición para dejar a cada empresario privado una sola televisión general y otras varias especializadas, ha sido acordada por Fedele Confalonieri, presidente del grupo Fininvest, presidente del grupo empresarial de Berlusconi, y Walter Veltroni, direct del diario L'Unitá y número dos del Partido Democrático de Izquierda (PDS).

Este acuerdo será papel mojado mientras Forza Italia y su líder no lo ratifiquen en la comisión parlamentaria correspondiente, lo que no es seguro. Confalonieri ha dicho que Berlusconi, que ya rechazó otro acuerdo anterior, es hoy el peor enemigo de Fininvest.

La solución se conocerá en cuestión de horas, porque los plazos legales no admiten más retrasos. Si fuera positiva, Italia ganaría la estabilidad política de que ha carecido en los últimos tiempos.