EE UU sanciona la importación de coches japoneses de lujo con un arancel que duplica su precio

El Gobierno norteamericano anunció ayer contra Japón las mayores sanciones comerciales de la historia: la aplicación de un arancel que duplica el precio de 13 modelos de automóviles de lujo japoneses. La medida pone en peligro, las ventas de esos vehículos estimadas en 5.900 millones de dólares (unos 750.000 millones de pesetas) anuales. Es el primer paso de una guerra comercial que se concretará en 40 días, cuando se confirme la lista de productos sancionados, si antes no se ha Regado a un arreglo negociado. El director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Renato Ruggiero, pidió ayer a Japón y EE UU, qué respetasen las reglas multilaterales de comercio.

Estados Unidos ha hecho en el pasado reciente amenazas similares contra China y contra el propio Japón, y la sangre nunca terminó por llegar al río. Ahora también se presentarán oportunidades de que ambas partes, una vez expuestas su determinación y firmeza de cara a las respectivas opiniones públicas, encuentren una solución que evite un conflicto que nadie quiere. La última de esas oportunidades será una reunión entre el presidente norteamericano, Bill Clinton, y el primer ministro nipón, Ryutaro Murayama, a mediados del mes próximo durante la reunión del Grupo de los Siete (G-7), en Halifax (Canadá).Clinton expresó ayer su deseo de que ambos países puedan resolver la disputa sobre el acceso de los fabricantes de automóviles estadounidenses al mercado japonés sin tener que llegar a la guerra comercial.

El 60% del déficit

El tono de la Administración Clinton es ahora más duro que e n disputas anteriores entre ambos países. La industria del automóvil no es un rubro más del comercio entre los dos grandes colosos económicos, sino el responsable del 60% de los 66.000 millones de déficit comercial acumulado el año pasado por los norteamericanos con Japón.

Al anunciar ayer las sanciones, el representante de Comercio de Estados Unidos, Mickey Kantor, advirtió que su país está dispuesto a resolver el pro blema de una vez por todas, y aseguró que la mera reanudación de conversaciones con Japón no será suficiente para impedir la entrada en vigor de las sanciones. "Nuestro mercado está abierto a los productos japoneses. Su mercado debe también estar abierto a nuestros productos. Es una pura cuestión de justicia", dijo el responsable del comercio exterior norteamericano en una conferencia de prensa.

Las sanciones consisten en subir hasta el 100% los aranceles (recargo que se aplica a los productos importados) de 13 modelos de las marcas Nissan, Honda, Toyota, Mitsubishi y Mazda. Todos ellos son modelos de lujo y todos también están íntegramente fabricados en Japón. Mickey Kantor explicó que se habían escogido precisamente esas marcas, y no otras más populares y fabricadas en Estados Unidos, para no causar un daño indirecto a los trabajadores norteamericanos.

La lista presentada por Kantor no incluye tampoco, sanciones contra la importación de repuestos y componentes, que son una parte fundamental del comercio automovilístico, pero que hubiera perjudicado a las empresas japonesas en Estados Unidos que se nutren para su fabricación de piezas importadas. Las sanciones entrarán formalmente en vigor, después de un periodo de reconsideración, el próximo día 28 de junio.

"La pelota está ahora claramente de su lado", dijo Kantor, quien aseguré, también que cualquier arreglo con el Gobierno nipón debe incluir las demandas que Washington ha defendido en los últimos 20 meses de negociación: más concesionarios en Japón, reducción de límites a la entrada de automóviles y repuestos, y un compromiso de adquisición "voluntaria" de una determinada cantidad de productos norteamericanos.

,En Tokio, el viceministro de Comercio Exterior japonés, Yoshihiro Sakamoto, anunció que su Gobierno "apelará inmediatamente" a la Organización Mundial de Comercio", pero dijo que todavía no había decidido si responderá con san ciones. Kantor informó que también EE UU jugará la carta de la OMC.

Japón cree que la organización que desde el pasado mes de enero sucede al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) condenará sin duda las sanciones norteamericanas, prohibidas dentro de las prácticas de la OMC. Estados Unidos, por su parte, confía en que una sentencia de la OMC no puede menos que reconocer los estrictos límites para la penetración en el mercado japonés.