_
_
_
_
_
FERIA DE SAN ISIDRO

"Bastonito tenía 500 kilos y la armó"

El mayoral de Baltasar Ibán recuerda que el poderío reside en la casta y los pitones

En la corrida de esta tarde no hay ningún hermano de Bastonito, ese toro con el que César Rincón aceptó una lucha a muerte el año pasado. Bastonito fue el toro más bravo de la feria y tuvo, con el estoque clavado, a Rincón bajo sus pezuñas lanzándole guadañazos. Los toros de Baltasar Ibán vuelven a Las Ventas. Esta vez, con una sangre que nada tiene que ver con la que bullía por las reses del año pasado. Sí habrá uno, el 48, que es de la misma reata de madres que el toro de la corrida concurso del pasado día 2 y que resultó, en presencia y comportamiento, el mejor.Rincón repite, porque se siente a gusto ante los iban. Emilio Muñoz y Juan Mora dejan el sitio este año a Joselito y José Ignacio Sánchez. Para este cartel estelar, se ha buscado un encierro más parejo. "Los toreros no han elegido la corrida", asegura Domingo, el mayoral de la ganadería. "Mandamos los toros que hemos seleccionado, aunque la verdad es que este año la camada ha sido corta y para Madrid tenemos lo justito. También sabemos que se nos va a mirar más con lupa y hemos tenido que desechar toros que a lo mejor no pasaban. Bastonito fue protestado, porque sólo tenía 500 kilos, y vaya la que armó".

Más información
Llega el cartel de la máxima expectación

"Las figuras se apuntan a nuestros toros", comenta el mayoral, "porque siempre hay alguno que embiste y entonces todo lo que se hace delante de él adquiere mayor importancia. Por supuesto que hay que tomar precauciones ante ellos. Quizá porque esto ya se sabe, son toros que no dan grandes cornadas. En la ganadería sólo recordamos una de Ortega Cano en Zaragoza y la de Lucio Sandín en Sevilla, que perdió un ojo".

Una vaca mató hace siete años a un hombre que entró en la finca a coger setas. "Fue fatalidad", recuerda Domingo, "sólo le metió una cornada, pero en el cuello. Era una vaca que estaba ya seca y que se murió a los dos días. Fue también una imprudencia y es que la gente se confía mucho con nuestros toros. Los ve tan tranquilos en el campo, que se mete entre ellos. El otro día, por ejemplo, llego yo por la mañana a echar la comida a la corrida de Madrid y veo que los toros están nerviosos. Doy una vuelta a ver qué pasa y me encuentro a un hombre que estaba metiendo los hurones en unas piedras para coger conejos. Esta gente no se da cuenta de que por muy nobles que sean los toros, si hay una pelea, el que salga derrotado embestirá contra lo primero que vea y, !ay del hombre que le pille un toro en el campo!".

Pastos en El Escorial

El ganado pasta en El Escorial, en las fincas La Cerdilla y Las Zorreras, en total, 700 hectáreas de pasto, cercadas con un muro de piedra, levantado a conciencia hace 30 años. Al lado hay un camping. Jamás ha habido problemas.

"Hay gente que se acerca a ver los toros", cuenta el mayoral. Quedan impresionados de los cuernos que tienen. Es lo que buscamos, pitones y raza. La vaca que no vaya de punta a punta durante la tienta, al matadero. Y aún así salen toros mansos... La movilidad es fundamental. Y los pitones, porque dan seriedad, algo fundamental es nuestros toros, pues no son de estructura grande".

Sobre las defensas, el mayoral advierte que no son los más aparatosos los que más hay que temer: "Tienen la cuerna tan abierta, que no siempre prenden. Los de cuernos más arropados sí pueden calar con facilidad. No impresionan tanto, pero portan mucho más peligro". Este año se lidiarán ibanes en Santander, Salamanca, Nimes, Dax y Bayona.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_