"Le he llenado al jefe"
Los populares ya son capaces de abarrotar las plazas de toros
El sol caía a plomo como sólo puede caer a las cinco de la tarde sobre una plaza de toros. Gonzalo Aguado se pasó un pañuelo por la frente, levantó la vista al cielo y pronosticó: "Nos van a llover chuzos de punta". Aguado no es torero ni meteorólogo, sino el coordinador territorial del Partido Popular, y sabe de tormentas por experiencia. Las nubes se ensañan con José María Aznar en esta campaña.El coordinador territorial, sin embargo, no albergaba la menor duda de que la plaza de toros de Toledo se llenaría esa noche. En otros tiempos, los populares miraban acomplejados y aprensivos los llenazos de los actos electorales del PSOE. Desde la sede del PP en la calle Génova de Madrid llegaba la consigna para las organizaciones regionales: "Oye, a ver si le llenáis al jefe". La cosa costaba sudores, movilizaciones, pegatinas y caravanas de autocares, y pocas veces el responsable regional podía responder a Madrid con un ufano "le he llenado al jefe".
Los tiempos han cambiado. "El PSOE está a la baja en los mítines, y nosotros, al alza constata Aguado y asegura que la sede central del partido se limita a movilizar a las organizaciones locales, y que éstas reúnen a los militantes. que están dispuestos a ir al, acto y se buscan sus propios autocares. "Nada de fletar autobuses, que no hay de esto", dice Aguado frotando los dedos pulgar y medio de su mano derecha.
Para el mitin de Toledo, la dirección del partido no les puso las cosas fáciles a los organizadores locales, a los que avisó con sólo cuatro días. as siete azafatas del PP toledano fueron de las primeras en entererse por boca del propio Aznar, que las llamó y les dijo: "Preparadas, mis niñas, que voy para allá". Las niñas revolotean por el redondel, todas con blusa blanca y minifalda negra, esperando la llegada de su líder. "Nosotros contactamos con una empresa para toda la Campaña, que luego subcontrata a los del sonido, las luces y los decorados", explican Manuel Sánchez, gerente regional del partido en Castilla-La Mancha, y su segundo de abordo, Enrique Carrascosa.
Las empresas subcontratadas son de lo más apolítico y diversifica do. Los de los focos suelen dedicarse a iluminar pases de modelos. Los de la mesa de mezclas, que se llaman Espiral y se han traído 30.000 vatios de amplificadores y pantallas, acaban de sonorizar las giras de Rosario Flores, Manolo Tena y Seguridad Social. Las vallas metálicas son de "Antonio Feito, alquiler de maquinarias para la construcción". Y el que monta el escenario se llama José Luis Mazuelos y fue el que entarimó la Academia Militar, para el concierto de Plácido Domingo y Zubin Mehta, cuando lo del 92. Mazuelos, que asegura ser anarquista, barre con denuedo el estrado, porque dice que "ya se sabe que, en esto de la política, es todo pura imagen".
Pese a tanta contratación y subcontratación, el propio gerente regional evoluciona en persona por el ruedo moviendo trastos, y dando voces a todo el que se le pone a tiro. Sánchez y un equipo de 50 jóvenes de las Nuevas Generaciones del PP se afanan en dar forma a un laberinto de vallas que compartimenta la plaza en zonas preferentes para los candidatos municipales, recintos estancos para la junta directiva regional y un embrollo de pasillos. y bocacalles por los que pretenden distribuir a unos y otros hasta sus sillas plegables.
Los autocares van llegando cargados de militantes de Sonseca y de Criptana, de Yuncos de Villaseca y de Villarrubia de Santiago. Los organizadores les dan pegatinas y folletos y los distribuyen por los tendidos de sol, de sombra y de sol y sombra.
Un par de centenares de jóvenes se ponen a ensayar proclamas en una grada. Les dirige desde un burladero uno con un megáfono. "¡A ver, el de Molinas y Aznar, pareja popular!", grita el del megáfono. "¡Molinas y Aznar, pareja popular!", canta el coro un par de veces. "¡Ahora, Aznar, valiente, aquí tienes a tu gente!", arenga el del megáfono, y allá van todos con la copla. Luego ensayan la ola, levantándose por filas.
La aplicación de los jóvenes contrasta con la manifiesta indisciplina de las generaciones maduras. Lo de las vallas no acaba de convencer a las señoras, que se las saltan a la torera, las abren por donde no deben y se transfieren sillas de un recinto a otro sin el menor empacho.
A las ocho de la tarde, una rítmica versión del himno del PP redobló a 30.000 vatios, y la plaza abarrotada se vino abajo en salvas y ovaciones para saludar la entrada por la puerta grande de José María Aznar. La lluvia empezó poco después.
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