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'Tierra y libertad' para Staffor Cottnan

Kén Loach se basó en la aventura de un jubilado ingles para su filme sobre la guerra civil

Amelia Castilla

Staffor Cottnan no ha visto Tierra y libertad. La últíma película de Ken Loach aún no se ha estrenado en Inglaterra, pero Cottnan, un jubilado de las líneas aéreas británicas de 89 años, prácticamente no necesita verla. Se la sabe de memoria. El protagonista de la película, papel que interpreta el actor Ian Hart, está inspirado en la aventura de Cottnan en España en los seis primeros meses de 1937. Durante años, Loach y él han hablado largamente de la guerra civil española. Los dos viven en Bath, una localidad de 85.000 habitantes, situada a hora y media de tren de Londres, y son buenos amigos. Les unen las mismas ideas políticas: ambos militan en la izquierda laborista y son antiestalinistas y antifascistas por definición.

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No ha visto el filme pero sabe que Tierra y libertad concursará en la sección oficial del próximo Festival de Cine de Cannes, que se inaugura el próximo miércoles. "Le deseo, la mejor suerte a la película en el festival. Loach es estupendo. Le admiro como,director de cine y como persona" dice Cottnan. El cariño que siente por el director de Ladybird o Lloviendo piedras es comparable al afecto que le unía a George Orwell. Con el escritor inglés vivió la aventura española. Ambos salieron juntos de Londres una tarde de enero de 1937, viajaron. a París y. entraron en nuestro país por los Pirineos.Cottnan estuvo seis meses combatiendo en el frente de Aragón con las milicias del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). "Fue el propio Orwell quien me enseñó a disparar. Tuve un buen profesor. Orwell nos servía además como traductor con los campesinos españoles. Recuerdo muy bien que cuando llegué a Barcelona me quedé sorprendido por la luz de la ciudad y por la alegría de la gente".

Para Cottnan la aventura española empezó en un mitin. Tenía entonces 17 años y la cabeza llena de ilusiones, pero aún recuerda aquella tarde del verano de 1937 que acudió, junto a unos amigos, a la ciudad inglesa de Bristol. Los oradores pidieron solidaridad con la República española y él no lo pensó dos veces. Cuando regresó a su domicilio en Bath, su padre, un capitán de barco comprometido con las ideas de la izquierda, no supo negarse. Una facción independiente del Partido Laborista corrió con los gastos de desplazamiento de Cottnan.

Cottnan sigue viviendo en la que fue la casa de sus padres, una antigua mansión de campo rodeada de un jardín plagado de flores. La vivienda -sobre- la televisión reposa una foto de Václav Havel- está llena de recuerdos. De una de las estanterías, donde guarda toda la producción literaria de George Omell, Cottán -extrae la versión inglesa de Catalonia, 1937 y busca la página en la que se muestra la fotografía en la que se ve a los cinco Jóvenes ingleses que salieron juntos de Inglaterra para combatir en España, sobre un fondo de una inmensa pradera y una típica casa británica. Vestido con unos pantalones anchos y el pelo echado hacia atrás, Cottnan parece un niño al lado de un altísimo Orwell.

El Parkinson que sufre desde hace años no ha mitigado su vitaIidad. Cierra el libro escrito por Orwell sobre la guerra en Cataluña y toma una carpeta llena de documentos. En ella guarda las cartas que ha recibido a lo largo de estos años; en unas le piden información sobre si Orwell hablaba catalán con los obreros o le consultan sobre el paradero de algunas de las personas que lucharon en las trincheras contra los fascistas. Su esposa Stella permanece atenta a todos sus movimentos. Junto a las cartas guarda algunos recortes sobre la película de Loach y la crónica del The independent sobte el estreno de Tierra y libertad en Madrid.

Han transcurrido 58 años desde que Cottnan combatió del lado de los republicanos españoles, pero su causa no ha variado. "Volvería a luchar en España si naciera de nuevo, pero para. esta segunda vez me gustaría que Stalin y Rusia no tomaran partido", explica. "Vi cómo la policía política soviética dirigía la represión de la izquierda. Y yo mismo tuve muchos problemas para abandonar el país. La policía me interrogó en el hotel donde estaba alojado en Barcelona y en algunos momentos temí por mi vida".

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