Berlusconi arremete contra la izquierda quiere "destruir" sus televisiones

"Ésta es la guerra contra el deseo de destruir y por el triunfo del coraje de quien quiere construir", dijo ayer Silvio Berlusconi al inaugurar la campaña por el no en el referéndum convoca do el próximo de junio para reducir a una las tres cadenas de televisión que tiene. Sorprendentemente, el ex primer ministro y propietario del grupo empresarial Fíninvest ha renunciado a participar en esta batalla, que compromete toda su trayectoria: una derrota pondría en peligro tanto sus empresas como su futuro político.Pero Berlusconi prometió ayer que no volverá a hablar del tema en los 30 días que faltan para el voto. Él mismo justifica esta decisión cuando la anunció, hace tres días, por "una cuestión de estilo", a la que ayer añadió el razonamiento práctico de que no quiere que el resultado del referéndum dependa de la simpatía o antipatía que su persona pueda inspirar entre los votantes. Un sondeo dado a conocer ayer expresa que el índice de popularidad de Berlusconi ha caído del 52% al 39% en los últimos 12 meses.

La decisión de no intervenir en la campaña ha sido acogida favorablemente por los aliados del Polo de la Libertad, que preferirían que Berlusconi negociara todavía con la izquierda para evitar la celebración de este referéndum y de los otros 11 convocados el mismo día.Tanto Pierferdinando Casini, líder del Centro Cristiano Democrático, como Gianfranco Fini, líder de Alianza Nacional, estiman, por otra parte, conveniente que Berlusconi reduzca el protagonismo absoluto con el que ha venido desempenando el liderazgo del Polo.

A ambos les saludó ayer el líder de Forza Italia, con una sonrisa y un "ciao" pronunciado micrófono en mano durante un paseo por el escenario, como Sinatra saludaba a las amigos presentes en sus conciertos.

La gran labor de Telecinco

Berlusconi no tuvo, pues, que esforzarse para elevar el elogio, de sus empresas al tono de una epopeya por la libertad, por la cultura y hasta por la humanidad, ya que, consideró, cuántos enfermos no habrán superado noches de dolor viendo los programas de Fininvest. En ese contexto, recordó también sus aventuras exteriores, y aludió expresamente a Telecinco, su filial en España, cuando dijo que, desde que fue fundada, aumentó el turismo español hacia Italia, "porque, como gente que amamos nuestro país, programamos numerosos documentales sobre sus bellezas". También afirmó que aumentaron las ventas de productos italianos en España.

Del mismo modo, nadie en la sala rebatió el argumento de que, para sobrevivir a la competencia con la RAI, una televisión pública que tiene tres cadenas, el empresario privado necesita otras tres. Ni nadie discutió las afirmaciones de Berlusconi de que todos los intentos que ha hecho para resolver el problema de la acumulación en su persona de intereses públicos y privados han sido bloqueados por sus enemigos.

El ex primer ministro añadió que la propuesta de la izquierda de negociar una ley que, de momento, reduzca a dos las emisoras de la RAI y a otras dos las de Fininvest, sólo conduciría a la destrucción simultánea de ambos grupos.