El concurso de Córdoba refleja el estancamiento de los cantaores flamencos

La fase final de competición del XIV Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, uno de los más prestigiosos del mundo flamenco, terminó anoche. El certamen es el de mayor antigüedad que sigue vivo, pues celebró su primera edición en 1956, aunque se convoca cada tres años.

La impresión generalizada sobre las actuaciones de los finalistas es que el baile se ha convertido en la faceta que ofrece, de lejos, un más interesante nivel de calidad, mientras la guitarra se ha mantenido en un discreto término medio y el cante sigue sin despegar de un preocupante estancamiento: no salen nuevos cantaores con clase para apasionar a la afición, no se vislumbran herederos para la generación de Camarón, Mercé, El Pele.Doscientos candidatos -menos uno, para ser exactos: 100 cantaores, 67 bailaores, 32 guitarristas- se inscribieron, porque saben que un premio en Córdoba puede ser importante para sus carreras.La primera criba de selección y algunas ausencias dejaron reducido el número a menos de 40, que han sido quienes se disputaron finalmente los 18 premios en litigio, tres de ellos -al cantaor, al bailaor y al guitarrista más completos- dotados con un millón de pesetas cada uno.

Los demás premios recibirán 250.000 pesetas, con lo que el total de los mismos anda en torno a los siete millones, seguramente la más importante cifra que se ventila en un concurso flamenco. Mañana se conocerá el fallo del jurado.

Libros y discos

Por lo demás, el concurso es un acontecimiento cultural de primer orden, que este año viene celebrando actividades desde el 20 de abril y no terminará hasta el 17 de mayo. Junto a la competición, se programan en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba espectáculos, exposiciones fotográficas, tertulias y recitales. Este año también se rinde homenaje a la gran bailarina y bailaora Encarnación López, La Argentinita, de quien se cumple el centenario de su nacimiento.