El Reino Unido conmemora el 50º aniversario de la victoria aliada sobre Hitler
La reina madre inauguró ayer, con unas breves palabras pronunciadas ante miles de veteranos, los fastos con los que el Reino Unido conmemora a lo largo del fin de semana el 500 aniversario de la victoria de los aliados en la II Guerra Mundial. La celebración ha reunido en Londres a 59 jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo -la mayor concentración de celebridades políticas desde la coronación de Isabel II, en 1953-, con la única excepción del presidente norteamericano, Bill Clinton, que asistirán hoy en Hyde Park a un solemne acto de reconciliación con el que sellar la memoria de una tragedia que costó cerca de 60 millones de vidas.
Vestida de azul pálido y en sorprendente forma a sus 94 años, la que fuera reina (esposa del rey Jorge VI) durante el trágico episodio de la segunda gran contienda mundial recordó "a los hombres y mujeres, militares o civiles, cuyo coraje nos permitió alcanzar la victoria. Que Dios los bendiga". Su hija, Isabel II, en el discurso del banquete de bienvenida a los dignatarios extranjeros, entre los que los que se encontraba el canciller alemán Helmut Kohl, dijo que "los alemanes debe aprender sobre lo que sucedió y nunca olvidar que los nazis fueron los agresores".Murales con las imágenes de los soldados de los Ejércitos que participaron en la II Guerra Mundial -según un periódico británico vestidos erróneamente con uniformes de la 1 Guerra Mundial- y reproducciones de los famosos aviones Hurricane y Spiffire contribuían a recrear el ambiente del pasado.
Aun así, la conmemoración de un episodio histórico lo bastante complejo como para que muchas dé las viejas heridas sigan abiertas alcanzará su clímax esta tarde. Después de un acto religioso de Acción de Gracias. que se celebrará en la catedral de San Pablo, los 59 altos dignatarios acudirán al mismo recinto de Hyde Park para asistir a la ceremonia culminante de unos actos que tendrán continuación el martes próximo en Moscú. La ausencia del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, de la celebración británica ha provocado cierto malestar en este país, compensado al final con la presencia de figuras como los presidentes de Francia, Italia y Alemania, además del canciller de este último país, y el secretario general de las Naciones Unidas.
La jornada de ayer contó con la presencia de la reina madre y de la princesa Margarita. Pero además dio al primer ministro, John Major, la oportunidad de pronunciar un discurso patriótico -aunque de tono conciliador con los antiguos enemigos-, en el que recordó una vez más las virtudes que permitieron a los británicos sobrevivir a la guerra. Unas virtudes que, a juicio de Major, están todavía muy vivas.
Respiro para Major
Fue un respiro para el primer ministro, que acaba de afrontar los peores resultados electorales en la historia del Partido Conservador británico. Los datos definitivos situaban ayer las pérdidas tories, en los 346 municipios elegibles, en 2.027 concejales.
Los conservadores británicos han perdido además el control en 59 de los ayuntamientos que gobernaban, lo cual significa que sólo retienen ocho y que el color azul, que simboliza al partido, ha pasado a ser una tonalidad marginal en los gobiernos municipales del país.
Olvidando por un momento su reciente catástrofe política, Major recordó la "tranquila valentía y, decencia de los hombres y mujeres que vencieron a una tiranía más allá de toda imaginación".Por eso, insistió Major, esta conmemoración de la victoria no es un mero "ejercicio de nostalgia". "Es la afirmación de los lazos que nos mantienen unidos como nación, a lo largo de generaciones, desde los que vivieron la guerra hasta los niños de hoy, a quienes corresponde escribir el siguiente capítulo de nuestra historia".
Más información en Domingo.
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