El canapé electoral
Madrid El Dos de Mayo tuvo marcha electoral. Dentro de 26 días se abren las urnas y el sabor a campaña llenó ayer los actos solemnes. En el primero, Joaquín Leguina entregó medallas de oro a un agricultor de toda la vida y a los periodistas, cuya asociación ya es centenaria. Leguina se fijó en otra medalla, la que remata el collar de alcalde y guardaba con celo un ujier municipal para colgársela a Álvarez del Manzano. "Cuide mucho ese medallón", le aconsejó Leguina. Por esta presea trabajan tres formaciones políticas. Cuatro, a lo sumo, con Matanzo.Los discursos previos al desfile fijaron las preocupaciones dispares del alcalde -reclamó el alzamiento pacífico. contra la corrupción o la droga- y del presidente regional -denunció la "irracionalidad que hace sufrir" a Ruanda, Burundi, Chechenia- Desde Sol hasta el canapé en el antiguo Hospital de Maudes los políticos tardearon en pronósticos. Pero permaneció la incertidumbre.
Alberto Ruiz Gallardón, dejó clara su estrategia: "Mi campaña no tendrá ni una sola arista. No emplearé descalificaciones que me garanticen un titular". El alcalde siguió la senda pacifista: "Ni un insulto que luego me impida mirar a los ojos a alguien".
La trinchera socialista se embebía urdiendo emboscadas. Un ideólogo planificaba el primer acto de campaña: "En la plaza de Oriente levantamos una muralla con un cartel que diga vota al PSOE". Otro estratega repasaba el talante de los candidatos de IU para analizar qué plazas pueden salvarse con pactos. Justo enfrente de esta urdimbre, las huestes de IU tomaban el aperitivo.
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