_
_
_
_
EDUCACIÓN ESPECIAL: NUEVAS ESTRATEGIAS

Renace la lengua de los signos contra la incomunicación de los niños sordos

Los sonidos del corazón no se oyen. Pero su imperceptible sonido puede en cambio, expresarse con otras formas de la sensibilidad humana. Esa búsqueda de los latidos propios y los de los seres más queridos ha adoptado un lenguaje distinto y natural, el de los signos, un vehículo contra las específicas barreras de la incomunicación de los niños sordos. La Federación de Sordos de Cataluña ha iniciado por primera vez un curso específico de lengua de signos en catalán, especialmente dirigida a padres oyentes de niños sordos. Este curso, pionero en Cataluña, se imparte a, 17 padres siguiendo un programa de fa Universidad de Bristol, en colaboración con la Confederación Nacional de Sordos de España.En España se cifran en l125.000 las personas afectadas de sordera profunda ya proximadamente un millón con problemas auditivos. Aceptarla sordera de un hijo es el primer paso para romper las barreras de la incomunicación física y afrontar a la vez otra forma de incomprensión, la distancia, que puede complicadas siempre difíciles relaciones. generacionales.

"Si no aprendo, mi hijo no me entenderá; ahora está muy "contento. Él es muy listo. Tiene 15 años y sólo hace dos que aprendió- los signos, porque hasta entonces le habíamos educado de forma integrada, oral". Para esta joven madre, Raqúel Rodríguez, aprender la lengua de su hijo es algo más que una técnica: mediante el gesto, el niño puede recibir su mensaje de manera natural.

"Tráeme una, flor"

"En primavera, mi hijo José María, de 8 años, debía llevar flores a su colegio. Pero nos lo decía con signos y nosotros no le entendíamos, a pesar de que él lo decía bien. Al final, enfadado, se fue y pintó una flor". Según José María Tejederas, la incomunicación con su hijo sordo es un problema grave. "Él no entiende por qué nosotros no le comprendemos, por eso estamos aprendiendo en familia. Los monitores acudirán incluso un día por semana a nuestras casas". Se trata del primer curso público, de este tipo.

En una pequeña aula del Centro Cívico de Hostafrancs, los padres cambian y aprenden, en grupos de cuatro. Han cambiado, por ejemplo, su nombre, puesto que el original es intraducible a la esfera visual. Ahora se llaman Fotógrafo, Cara Redonda, Rizos, Flor, Labios, Fuerte, Dientes... Pero se identifican. así con un gesto cariñoso que seguramente expresa mucho más sobre la persona designada de lo que puede decirse con palabras.

María Barranco tiene dos niñas sordas profundas de 7 y 5 años, Soledad y Encarna. Hasta que decidió asistir a este curso había establecido don ellas un lenguaje simbólico doméstico. Las niñas asisten a una escuela especial y han aprendido a hablar precariamente con un logopeda- Así es que, como muchos otros niños sordos, hablan, a su manera, pero no -Oyen, -y a menudo repiten sin entender bien el significado. -El signo ha sido una- ayuda grandiosa", explica. "Cuando empecé a comunicarme así con ellas tuve una alegría tan grande que me entraban ganas de llorar continuamente".

La. lengua de signos como vehículo comunicativo ya se usaba entre los egipcios. Encarna Muñoz, responsable del Servicio de Orientación Familiar de la Federación de Sordos de Cataluña, afirma que su marginación, a finales del pasado siglo, y la imposición de la "normalización oral" a los sordos, a pesar de que no oyen, ha significado un enorme retraso- intelectual para los grupos humanos no oyentes. La imposición de una estructura lingüística a personas que no conocen los sonidos y cuya vía de informaciónes visual repercute muy negativamente en su desarrollo intelectual. Muy pocos sordos llegan a la universidad y la mayoría realizan trabajos subalternos. Algo muy injusto si se tiene en cuenta que el coeficiente intelectual no está relaciona do con la audición.

El precio de una oralidad impuesta

"Se hizo un boicot a los signos, bajo la idea de la integra ción, pero nuestro nivel intelectual fue bajando con la enseñanza de personas oyentes. Se perdieron los modelos pe dagógicos. Nos apartaron de los orígenes y, como con secuencia, la incomunicación fue algo más que un problema de silencio. Los jóvenes sordos ten díamos a encontrar nos. Los los líderes siempre procedían de familias sordas, que no habían per dido la comunicación de signos". Quien así habla es Encama Muñoz, de 40 años, sorda desde. los 6 años por una meningitis. Está casada con un sordo y es madre de un hijo oyente. Para ella, la imposición del sistema oral fue un retroceso para los sordos porque antes tenían una lengua en, la que poder expresarse. Al suprimirse los colegios especiales, la incorporación de los niños a las aulas escolares normales repercutió paradójicamente, en un mayoraislamiento."Nosotros captamos la información por la expresión: los ojos, las manos, utilizamos todo el cuerpo. Pero necesitamos siempre el referente de los signos. Quitárnoslo es una crueldad porque no podemos aprender bien con otra estructura. Lo importante es la comunicación¿ Los padres de niños sordos suelen preferir, equivocadamente, que el niño hable a que entienda. Pero luego, en la adolescencia, los hijos tienen depresiones por falta de comunicación. Están solos y no tienen amigos. NI o pueden entender a los oyentes., ni tampoco a los sordos, y se sienten muy inferiores".

En cambio, pensar con el referente de signos es el único sistema para que una persona entien da conceptos abstractos sin recurrir a las palabras. "¿Cómo explico un concepto abstracto como libertad? La palabra no nos sirve de nada. Tengo que coger un pajarito de una jaula y dejarlo libre.. . y así puedo expresarme", con cluye Muñoz.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_