Serbios y musulmanes se niegan a prorrogar el alto el fuego que expira hoy en Bosnia
No a la ampliación del alto el fuego; como mucho, un compromiso para no ser los primeros en atacar. Con esta inconsistente promesa salió ayer el plenipotenciario de la ONU para la antigua Yugoslavia, Yasushi Akashi, del despacho de primer ministro bosnio, Haris Silajdzic. De puerta en puerta, Akashi intentaba extender la tregua que ha estado formalmente en vigor durante los últimos cuatro meses en los frentes de Bosnia-HerzegovmÍa, pero sólo los aliados croatas de Sarajevo le dieron el sí. El serbio Radovan Karadzic también dijo no. La cuenta atrás para las armas se agota este mediodía.
El portavoz de la ONU en Sarajevo, Colum Murphy, confirmó anoche el fracaso de las negociaciones del plenipotenciario, pero dijo que no cejara en su empeño por detener la violencia. "Estuvimos hablando sobre la eventual prórroga del acuerdo de cese de as hostilidades y siento decir que la respuesta que recibí [de Silajdzic] no ha sido positiva". Así explicaba el diplomático japonés el contenido de su reunión con miembros del Gobierno bosnio, musulmán en su mayoría. Akasi llegó ayer mismo a Sarajevo en un último intento de extender la aplicación del alto el fuego y se topó con el rechazo de los dirigentes de la capital bosnia a su mediación. En contrapartida, el Gobierno bosnio ofrece un cese de hostilidades informal. "Prometemos abstenernos del uso de la fuerza si la otra parte [los serbio-bosnios] no nos ataca", lo había resumido Alia Izetbegovic, el presidente de Bosnia-Herzegoina, antes de la llegada de Akashi.Los asesores de Akashi admiten en privado que la mediación sólo persigue ahora alcanzar algún tipo de acuerdo temporal de no agresión. De esta forma, la diplomacia internacional podría actuar sobre musulmanes y serios de Bosnia sin la presión de, los combates.
El líder de los croatas de Bosia y presidente de 14 Federación croata-musulmana, Kresimir Zubak, se mostró favorable a la prórroga del alto el fuego al término de la actual tregua, que expira hoy a mediodía. Zubak insistió, no obstante, en que el nuevo acuerdo tendrá que ser ratificado por todas las partes en conflicto. "No firmaremos nada por separado con los serbios de Bosnia", advirtió a Mashi.
Para el primer ministro bosnio sólo hay una solución: "Negociar por la paz en lugar de dialogar sobre el alto el fuego". Silajdzic afirmó: "El problema básico es que los serbios de Bosnia no han aceptado el plan de paz del Grupo de Contacto y nosotros sí". Las cinco grandes potencias que median en el conflicto (Estados Unidos, Rusia, Alemania, Reino Unido y Francia) lanzaron el pasado verano una oferta de pacificación, cuyo eje central era la partición de la antigua república yugoslava prácticamente en dos mitades iguales. Sin embargo, los partidarios del líder serbio-bosnio, Radovan Karadzic, que controlan por la fuerza de las armas un 70% del territorio, se negaron a aceptar la propuesta del Grupo de Contacto.
En su visita a Pale, la capital de los serbio-bosnios, Akashi tampoco recibió una respuesta "positiva". Su conversación con Karadzic concluyó sin acuerdo. "Los serbios quieren un alto el fuego permanente en vez de uno temporal", declaró Karadzic. "Estamos dispuestos incluso a discutir uno temporal si se nos trata como a las otras partes. Es decir, que el cese de hostilidades suponga la ausencia de guerra y que durante la ausencia de guerra veamos el levantamiento de las sanciones contra Yugoslavia y la república serbia".
Los musulmanes anunciaron a través de Silajdzic que la guerra podrá terminar cuando se suprima el embargo de armas en el territorio de la antigua Yugoslavia: "Con muchas más armas en las manos adecuadas habría menos guerra ( ... ) y probablemente llegaría la paz".
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