El conductor ya tiene quien le ladre

, "La perra permanecerá a bordo en posición de vigilancia. En situaciones extremas, y a una orden del conductor, atacará a quien éste señale con la mano". Así de claro explican en la empresa Salcai la fórmula elegida para poner coto a los conflictos que, de cuando en cuando, surgen en el recorrido nocturno de la línea 5, que enlaza Las Palmas de Gran Canaria con el Faro de Maspalomas. Para tal misión, Salcai ha fichado hace unas semanas a Bella, un pastor alemán hembra, de cuatro años entrenada en Alemania y Canarias en técnicas de ataque y defensa.El animal está asegurado contra cualquier contingencia y vacunado por una clínica veterinaria que se ocupa de su salud y aseo diario. Vive en el municipio de Valsequillo y a diario lo llevan en una furgoneta para que cubra su turno.

Bella, que fue mamá hace dos meses, trabaja por el momento sólo entre la una y las cuatro de la madrugada, que es el horario de Juan Marrero, el conductor que se ofreció voluntario para esta experiencia piloto. También él ha sido entrenado para saber tratar al animal. La perra viaja en un cubículo transparente, situado detrás del asiento del conductor y especialmente diseñado para ella.

Un portavoz de la empresa ha señalado que en el pasado se han producido en esa línea diversos incidentes, como intentos de robar la recaudación. Tras la primera reacción de sorpresa, afirma el portavoz, la mayoría de pasajeros se muestran, encantados con la presencia del animal porque, comentan, "si el conductor va seguro, ellos también".

Empresas de transporte de otras zonas españolas se han puesto en contacto con el director general de Salcai, Ángel Luis Sánchez Bolaños, para interesarse por la experiencia y, en su caso, aplicarla en sus propias líneas de autobuses.

Madrid, por ejemplo, es una ciudad en la que ya se han registrado graves incidentes en líneas nocturnas de autobuses. La drástica solución consistió en suprimir el enlace con la mayor zona de copas de la región. Se trata de un polígono industrial cercano a la localidad de Alcorcón y reconvertido en un centro de diversión nocturna. El Ayuntamiento alentó a propietarios de bares y discotecas para que abandonarán el centro de la ciudad y se mudaran a zonas periféricas sin vecinos a los que molestar. Así nació Costa Polvoranca y así empezaron los problemas en las líneas nocturnas de autobuses: sillones destrozados, lunas y faros rotos, etcétera. Los jóvenes volvían de la costa descontrolados. Se puso vigilancia policial, pero el experimento duró poco. Los conductores decidieron emprender una huelga que acabó con la modificación de líneas, que ya no llegan a la costa.

Salcai, que transportó 18 millones de pasajeros en 1994 asegura que del resultado de la presencia perruna en la guagua, que es como se denomina a los autobuses en Canarias, depende que en el futuro adquiera más animales para hacer lo propio en otras líneas y horarios.