Nadie ayudo al joven que murió apaleado en la sala abarrotada Big Ben
La primera sesión del juicio, contra Pablo Jiménez Abellán y los hermanos José y Pablo Jiménez Ubal, acusados de la muerte por apaleamiento del jóven leridano Marc Antoni Francés en la discoteca Big Ben de Golmés (Lleida), el 29 de agosto de 1993, no aclaró cómo se inició la pelea, pero permitió conocer la brutalidad con la que se emplearon los jóvenes acusados, todos ellos de etnia gitana y emparentados entre sí.
, Dos de los agresores, menores de edad, fueron condenados en julio pasado por este hecho a 15 meses de internamiento en un centro de menores y a otros 9 meses de libertad vigilada. Pablo Jiménez Ubal, que entonces tenía 16 años, se encuentra en paradero desconocido tras fugarse de un centro de menores de Girona.A juzgar por los testimonios de los amigos de la víctima, que declararon encapuchados por temor a posibles represalias de acusados y familiares, la acción fue despiadada y salvaje. El ataque fue tan rápido y brutal -apenas duró dos minutos- que ninguno de los 12 amigos que esa noche acompañaban a la víctima en la pista de baile osó enfrentarse a los agresores.
"No pudo ni defenderse. Primero le empezaron a pegar dos jóvenes y enseguida le rodearon los demás. No dejaron de pegarle, puñetazos y patadas, ni siquiera cuando cayó al suelo sin sentido. Se ensañaron con él y le golpearon todo lo que quisieron. Parecían enloquecidos. Nadie les detuvo", declaró Magdalena B. X., la novia de Marc Antoni.
Otro amigo Jordi A. L., relató el ataque en términos parecidos y explicó que en las noches posteriores no pudo dormir por el recuerdo de la expresión de los agresores. "Cuando estaba en el suelo
[Francés] recibió patadas en la cabeza y en zonas vitales Intenté cogerle por un brazo, pero fue imposible porque le pegaban todos a la vez".
Esa noche era sábado y la pista estaba llena a rebosar. Mientras los agresores se ensañaban con la víctima, los empleados de la discoteca no encendieron las luces ni pararon la música. "Reclamé ayuda a los porteros, pero no me hicieron ni caso. Continuaron cortando entradas", declaró Joan C. L.
Dos médicos forenses confirmaron que la muerte de Marc Antoni se produjo a causa de "una hemorragia cerebral y cerebelosa subaracnoidea difusa e intensa", complicada además por un colapso pulmonar producido por los sucesivos y brutales golpes en la cabeza. Las lesiones sufridas eran de tal gravedad que una asistencia médica inmediata no le habría salvado la vida.
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