Hospitales convertidos en depósitos de cadáveres
J. C. Las calles del centro de Oklhoma, teñidas de sangre tras la explosión del equivalente a 450 kilos de dinamita en un edificio federal, se convirtieron desde los primeros momentos de pánico en un hospital improvisado. A su vez, las clínicas de los alrededores no tuvieron más remedio que convertirse en depósitos de cadáveres ante la evidencia de que se estaban recuperando más cadáveres que heridos.
"Cuerpos, y más cuerpos, y más cuerpos...", fue el sombrío comentario de un miembro de los equipos de rescate al explicar su tarea. Aunque las cifras más modestas manejadas por la televisión local hablaban de 20 víctimas mortales, un miembro del cuerpo de ambulancias de la ciudad dijo por la tarde que había recibido órdenes de prepararse para recibir entre 70 y 120. cuerpos sin vida en un depósito de cadáveres improvisado a diez manzanas del edificio siniestrado. El propio gobernador del Estado de Oklahoma habló en un momento de 40 muertos.
Los desaparecidos se cuentan por cientos y el terror a que hayan sido víctimas de la. explosión llevó al gobierno local a pedir a todos los heridos que pudieron regresar a sus hogares por su propio pie que se pusieran en contacto con las autoridades para establecer así un recuento Fiable de las víctimas.
En cualquier caso, hasta avanzada hora de la tarde de ayer en Oklahoma City, las camillas seguían evacuando víctimas y los testimonios de horror de los testigos y los supervivientes llenaban los telediarios de todo el país. Las labores de desescombro y búsqueda de supervivientes no habían hecho sino comenzar. Afortunadamente los vecinos hicieron caso al llamamiento municipal de no desplazarse al lugar del siniestro para no interrumpir el paso de los equipos de emergencia.
La ciudad de Oklahoma, que los estadounidenses asociaban al musical del mismo título, será a partir de ahora sinónimo del horror. "Quien quiera que fuera el responsable del atentado eligió un objetivo muy fácil, mucho más asequible de lo que hoy son las Torres Gemelas dé Nueva York", declaró ayer Ira Lipman presidente de Guardsmark, una de las más importantes compañías de seguridad de Estados Unidos.
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