_
_
_
_

Los alcaldes alardean de cobrar el agua barata

El transporte de agua en buque a Mallorca costará 3.600 millones de pesetas. El servicio se ha adjudicado a la naviera Fernández-Tapias, propiedad de uno de los ejecutivos de la patronal CEIM-CEOE. El precio es considerable, si se tiene en cuenta que se trata de una inversión efímera, cuyos efectos concluirán dentro de tres años, cuando los buques dejen de operar entre la Península y las islas.

Los palmesanos, sin embargo, no notarán en la próxima factura del agua la repercusión del trasvase, tal como sería lógico. La proximidad de la campaña electoral para los comicios municipales y autonómicos ha retrasado hasta el día 1 de julio -pasadas las elecciones- la aplicación de un incremento, de aproximadamente el 30%, sobre el recibo domiciliario del agua.

Más información
Un impuesto sobre el agua para luchar contra el paro

Aun así, los residentes en Palma de Mallorca y Calvià no pagarán el coste real de disponer en sus casas de agua de buena calidad del Ebro. La Hacienda balear se hará cargo de la mitad de ese coste.

Los ayuntamientos y las comunidades autónomas huyen de repercutir el valor real del abastecimiento de agua como del diablo. El propio alcalde de Palma, el popular Joan Fageda, alardeaba el mismo día en que se recibía en la ciudad el primer buque tanque desde Tarragona que a los palmesanos "sólo les va a costar 10 céntimos el litro de agua potable en casa", cuando en un comercio cualquiera un litro de agua embotellada cuesta 80 pesetas y en una máquina expendedora 160.

Timbre de gloria

Palma no es una excepción. Los ayuntamientos suelen ufanarse de que su agua sale barata. "Muchos de ellos asumen como un timbre de gloria suministrar agua barata, algo completamente contradictorio con la situación actual", afirma Antonio Pérez Embid, catedrático de Derecho Administrativo y experto en financiación de obras hidráulicas.

En Villanueva de Córdoba, una población de apenas 10.000 habitantes, su alcalde ha tenido que pedir socorro a la Diputación para aplacar la rebelión de los vecinos contra el precio que pretendía aplicar al agua.

El pantano que sirve al pueblo está seco desde hace dos años, de ahí que se impongan restricciones de 43 horas: sólo se facilita suministro de 8.00 a 13.00, en días alternos. Las escasas disponibilidades de agua obligaron al consistorio a elevar las tarifas a 350 pesetas el metro cúbico, pero, finalmente, tuvo que desistir del intento.

Según un informe presentado por Obras Públicas a requerimiento del Congreso, los ayuntamientos adeudan a las conferaciones hidrográficas 22.300 millones de pesetas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_